Había pasado 17 años desde que capturaron a Pedro Pablo Nakada, el “Apóstol de la Muerte”, en Huaral. A él se le considera uno de los asesinos seriales más peligrosos del país con 25 víctimas en su haber. Sin embargo, nadie esperaba que el terror regresaría a esa región al norte de Lima de la mano de Domingo Norabuena Espíndola, el “Monstruo del garrote”.
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A Norabuena se le atribuye al menos 15 asesinatos luego de que se le capturara e investigara. Sin embargo, al inicio solo había confesado cinco de ellos. Desde el año 2018 viene pasando sus días en la cárcel.
Domingo Norabuena Espíndola nació en Recuay, provincia de Ancash. Según el perfil psicológico que le hicieron cuando lo capturaron se pudo conocer que tuvo un padre ebrio y violento. Llegó a cortarle la oreja izquierda cuando era un niño y le marcó todo el cuerpo con golpes. Su madre también participaba en su crianza hostil.
Años después, pasó a vivir al fundo Los Huertos, en Huaral. Establecido allí, formó un hogar junto a su esposa y sus hijos, además de dedicarse a la agricultura y más trabajos. Años antes de su captura había adquirido un mototaxi con la que salía por las noches para ganar algo de dinero.
Sin embargo, fue en ese vehículo fue donde comenzó su carrera de asesino. Agarraba a personas ebrias que estaban fuera de fiestas o discotecas y las hacía abordar. Luego de robarles sus pertenencias, agarraba un garrote, ya sea de metal o madera, para matarlos y tirar sus cuerpos a un canal de regadío.
Según lo descrito por el mismo Norabuena cuando lo capturaron, detalló que únicamente asesinó a cinco personas durante su tiempo activo. La Policía verificó lo contado por el asesino y las denuncias corresponden al fallecimiento de Manuel Andrés Rojas de la Cruz (46), Teófilo Nieto Mendoza (55), Sergio Hugo Chirito Rosales (44), Eusebio Brandan Ulloa (55) y Marianella Jessica Moya Calderón (35).
Por otro lado, los peritajes criminalísticos analizaron los elementos usados por el criminal en el vehículo que se le incautó. Las evidencias mostraron que también habría sido el autor del asesinato de Nivardo Yoel Aliaga Rivera (25), Leonarda Quiñones Rojas (25), Medelina Chupica Quillay (75), Eusebio Brandan Ulloa (55), Raúl Jesús Zavala Peña (61), Marco Juvencio Castillo Flores (54), Víctor Ronny Gonzales Flores (54), Marianela Jessica Moya Calderón (35), Eduardo Carrasco Buitrón (40), Marisol López Vega (39), Manuel Andrés Rojas de La Cruz (40), Teófilo Nieto Mendoza (55) y Sergio Hugo Chirito Rosales (44).
Sin embargo, en 2017, Eduardo Carrasco (46) y su esposa Jessica Moya (35) tomaron el mototaxi de Norabuena luego de celebrar el aniversario de su trabajo. En la unidad, Carrasco sintió un fuerte dolor en la cabeza que lo dejó inconsciente por varias horas. Cuando despertó, sentía que se ahogaba en un canal de regadío, el mismo donde encontró a su pareja fallecida. Él ha sido el único sobreviviente del “Monstruo del garrote”.
Un año después, desde el 30 de enero de 2018, el Servicio de Inteligencia empezó a seguir los pasos del asesino. No fue hasta el 18 de marzo que la Policía Nacional logró capturarlo. Para ello, ya habían investigado la placa del mototaxi y realizaron un operativo para agarrarlo in fraganti.
Domingo Norabuena, cuando se encontraba en una zona alejada de Huaral, recogió a Victoriano Parisca en un mercado. No obstante, los agentes, que ya lo estaban siguiendo en una moto lineal, lograron intervenirlo antes de que vuelva a cometer un nuevo asesinato.
En su perfil psicológico se le atribuyó que era “emocionalmente hostil, agresivo e impulsivo. De temperamento fuerte, insestao y temerario cuanso se trata de alzancar objetivos indeseables. No posee sensibilidad hacia la vida humana”. Actualmente, esta pasando una condena de 35 años por los asesinatos cometidos.
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