Las fiestas de Año Nuevo suelen ser fechas de muchas emociones. Cada familia tiene sus tradiciones pero para aquellos que elijan recibir el 2019 fuera del país, el buscador de vuelos y hoteles Viajala nos presenta una lista de costumbres particulares que encontramos más allá de nuestras fronteras.
El fuego es símbolo de purificación y en Argentina todo el mes de diciembre se arman muñecos de hasta 10 metros de alto con diferentes diseños. Políticos, futbolistas, personajes de series, fuertes y castillos inundan la ciudad esperando a la noche del 31. Después del brindis, las familias salen a la calle y los muñecos se queman como símbolo de renovación y limpieza para el nuevo año. Esta tradición también se replica en Perú pero ya con menos frecuencia cada año.
Al igual que varios países de Latinoamérica, en Ecuador se hacen muñecos que representan el fin de año y que se queman a las 12 de la noche. Sin embargo, los ecuatorianos además consideran que, para empezar bien el año, se debe saltar este muñeco cuando está encendido. En caso de que no haya un muñeco en específico, algunos ecuatorianos optan por hacer fogatas en las calles para saltar el fuego, considerando que se está pasando de un año al otro al hacerlo.
La limpieza de la casa es una recomendación muy conocida para empezar el año renovando energía. En Uruguay lo hacen de forma mucho más explícita: el nuevo año se recibe con un balde lleno de agua y a las 12, el balde es arrojado a la calle, desde ventanas, balcones y terrazas.
La tradición en Brasil es vestirse de blanco como símbolo de paz y armonía, pero también llevar un color que represente el deseo para el nuevo año: rojo para el amor, amarillo para el dinero y verde para la salud. Para que estos deseos se cumplan, se llevan flores y velas al mar como ofrendas y luego de las 12 es necesario saltar 7 olas y pedir un deseo por cada una.
A las 12 en punto, en Dinamarca las personas se suben a su silla y saltan al nuevo año para tener buena suerte. Una vez en el año nuevo, los grupos de amigos salen a la calle con platos a tirarlos frente a las puertas de sus seres queridos. A la mañana siguiente, quien más platos rotos tenga en su puerta más dichoso será en el año que recién comienza.
Para liberarse de los pecados, en Japón existe la tradición de hacer sonar 108 campanadas en los templos budistas. Cada campanada simboliza uno de los pecados terrenales y humanos de la tradición budista que todo hombre debe deshacerse para comenzar el año libre de sufrimiento y con el alma renovada para la reencarnación.
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