La Seño María

Pancholón encara a Chotillo en el sauna

Pancholón, en medio del olor a eucalipto, se encuentra a Chotillo.

El Chato Matta llegó al restaurante por un chanchito a la leña, con papitas doradas, ensalada fresca con lechuga, tomate y rabanito. “María, el gran me mandó un mensaje por WhatsApp. ‘Chatito, baja urgente a mi sauna privado. Voy a aprovechar para hacer mis baños de asiento con agua helada para la próstata, ya que la tengo como una pelota de béisbol’. Cuando llegué, el abogado más mujeriego de Lima, Callao y balnearios estaba con el doctor ‘Chotillo’ en el jacuzzi y cantando una canción de moda: ‘Infidelidad’ de Wilmer Cartagena: Me dejaste, tú sabías que ibas a lastimarme/ lo que hiciste fue un acto cobarde/ cuánto daño tú pudiste causarme/ Ohh, que vas/ qué creías, que yo no me daría cuenta/ que porque cogiste un par de maletas/ te marchabas de forma indiscreta, nada más. /Infidelidad es lo que tú me hiciste por vanidad/ el amor no se lleva como una cartera, así nada más...
En medio de las burbujitas, escuché este diálogo:

PANCHOLÓN: Chotillo, yo te di vida y te estás portando mal. La vez pasada te estabas yendo a tu ‘río’ por irte de avance y una vez más te salvé la vida. Lo peor que puede haber es una persona malagradecida. Me he quedado enganchado con la gente de adentro, que me está reventando el celular. Yo tengo contactos con gente seria y no puedo quedar mal porque pueden pensar que los estoy cerrando. La vida da vueltas, me vas a volver a buscar y ...

CHOTILLO: Gordito, a mí no me relojees. Tu cuenta bancaria está llena con todo lo que me has sacado durante años. Esa camioneta Jeep la tienes por mí. Por un sellito y un escrito me cobrabas como si fuera el ‘Rey de los casinos’. Yo pensé que eras mi amigo, pero lo tuyo son los business, nada más. Reconozco que me solucionaste algunos casos, pero tampoco te alucines...

PANCHOLÓN: ¿Qué hubiera sido de ti si no me cruzaba en tu camino? Debes darme las gracias no solo en la parte legal, sino en la emocional. Antes de que me conozcas, ninguna chica te había besado. Yo soy tu papá en la tramposería, conmigo has gateado y caminado, y te he ‘partido’ para escuelearte. Pero eres débil de mente y corazón, te enamoras de cualquier ‘actriz’ que se te cruza en el camino. Me haces recordar a una canallita que se iba conmigo en La Posada y a ti te escribía ‘te amo’ en el Facebook.

CHOTILLO: Reconozco que tú me abriste los ojos y me hiciste conocer ese mundo de la cochinadita y el dame que te doy, pero ya te superé. Tú te has quedado en la Trinchera y yo camino por el Bulevar de Asia. La vez pasada te han visto en Pucallpa con el Patrón y Pepito haciendo chancha para comprar una caja de cervezas.

PANCHOLÓN:
Tú puedes estar en la torre Eiffel, Cancún, Los Ángeles, pero la clase no se compra en la esquina. La mujeres te ven como patán, no corre caminar contigo. Ya eres palta, estás mal voceado, por eso es que andas solo.

CHOTILLO: Me envidias, Panchito. El discípulo superó al maestro, acéptalo”.

Pucha, la conversación se puso caliente. La otra semana les sigo contando. Me voy, cuídense.

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