Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un lomito al jugo con lentejitas y arroz. Para tomar pidió una jarrita de limonada. “María, nuevamente un grupo de radicales viene anunciando la llamada ‘tercera toma de Lima’, a fin de protestar contra la presidenta Dina Boluarte y exigir la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Felizmente ya no piden que se libere al corrupto exmandatario Pedro Castillo, hoy preso con toda justicia en el penal de Barbadillo. Las declaraciones de Sada Goray ante la Fiscalía revelan con contundencia la podredumbre de ese efímero gobierno y la catadura moral del profesor chotano. Seguramente esos grupos radicalizados, financiados por la minería ilegal, el narcotráfico y dinero extranjero, intentarán hacer destrozos en la capital previo al primer discurso de la presidenta por Fiestas Patrias.
No sé dónde tendrán la cabeza o qué buscan conseguir en realidad, pues el Perú recién se está recuperando de las violentas protestas de finales del año pasado y principios de este que dejaron el sur en una crisis profunda, pues arrinconaron al sector turismo, impidieron el funcionamiento de los mercados y centros comerciales, y hasta las clases se retrasaron.
A estos malos peruanos no les importa tampoco que en estos momentos hay una epidemia muy fuerte de dengue, en especial en el norte, pero también de esa enfermedad llamada ‘Guillain-Barré’. En el sur del territorio, más precisamente en Puno, las heladas que caen todos los años están matando a cientos de niños y personas de la tercera edad, por lo que el gobierno debería declarar en emergencia ese sector. Y no hay que olvidarse que ya está con nosotros el fenómeno de El Niño, dispuesto a arrasar desde noviembre con la infraestructura del país, sobre todo con puentes, carreteras, escuelas y puertos.
En lugar de hacer planes para prevenir los desastres que se vienen, el gobierno y la Policía tienen que estar enfocados en evitar desmanes en Lima y cuidar la propiedad pública y privada, pues, como ya se demostró en el sur, a los grupos radicales no les importa nada y queman casas, carros o atacan sin piedad a los policías sin que les pase nada. Por eso pedimos a los fiscales, jueces y agentes del orden mano dura contra los revoltosos. Esos que apedrean autos y buses, queman negocios, bloquean los caminos o agreden a los efectivos del orden, deberían ser enviados directo a la cárcel.
¿Qué culpa tienen los pasajeros de buses de no poder llegar a su destino? ¿Con qué derecho los privan de poder transitar libremente? ¿Qué culpa tienen los negocios que los apedrean y saquean? Mano dura contra los violentistas. El Perú necesita crecer, crear puestos de trabajo, exportar más y eso no se va a dar con huachafas ‘tomas de Lima’. Ya dejen de utilizar a la gente pobre como carne de cañón y atrapen a los líderes de estas asonadas”. Bien, Gary. Me voy, cuídense.
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