Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pollo al sillau con arroz chaufa y sopita wantán. Para tomar pidió una jarrita de emoliente. “María, este mes de diciembre es oportunidad para todo tipo de negocios. Los emprendedores se pulen ofreciendo sus productos y servicios, a fin de llevar algo para casita. Hay de todo: los que venden panetones, arreglos de Navidad, arbolitos; los que se disfrazan de Papá Noel, los animadores de fiestas, los que envuelven regalos y mucho más.
También están los que aprovechan estos días para robar, estafar y extorsionar. Lamentablemente, también hay malos policías, felizmente son los menos, que buscan sacar su ‘gratificación’ de forma delincuencial. Esos pocos malos hacen quedar muy mal a su institución. Usando las motos y patrulleros que les da el Estado para perseguir a delincuentes, se dedican a buscar conductores que hayan cometido alguna falta para exigirles coimas. Algunos son tan caraduras que tienen la desfachatez de hacer que les yapeen la coima. ¡El colmo! Si algún conductor se olvidó de renovar el Soat o hacer la revisión técnica del carro, van y les exigen dinero.
Sin ir muy lejos, sé de casos ocurridos hace muy poco en La Victoria y San Borja. También están los que tienen la costumbre de quedarse cerca de discotecas, a la espera de que alguien salga tras haber consumido licor. En esos casos, como en los anteriores, los agentes deberían aplicar la ley, es decir, sancionar al infractor como mandan las normas. Pero lo que hacen es pedirle dinero señalando que la falta es muy grave, que la multa es de miles de soles y la suspensión del brevete es de tres años.
Un afectado por estos malandrines me contó: ‘Salí de un local en Barranco, me siguieron y me detuvieron. Me dijeron todo lo que podía perder y me exigieron mil soles para ‘arreglar’. Hasta me dieron un número para yapearles’. Terrible. Los jefes de comisaría y los altos mandos policiales deben poner en práctica mecanismos de control para descubrir a estos pésimos elementos y sacarlos de la institución, cuya imagen ensucian sin ninguna pena. Algunos consejos:
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