Algunos internos de Maranguita han sido trasladados al penal Ancón I y se espera una reubicación del centro juvenil. Foto: GEC.
Algunos internos de Maranguita han sido trasladados al penal Ancón I y se espera una reubicación del centro juvenil. Foto: GEC.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un adobo de chancho con arrocito y yuca sancochada. Para tomar pidió una jarrita de naranjada. “María, el Gobierno promulgó el viernes la ley que modifica el Código Penal para incorporar a los menores de 16 y 17 años como sujetos imputables dentro del sistema penal ordinario. Es decir que a partir de la fecha los adolescentes de esas edades que cometan homicidio calificado, violación sexual de menores, sicariato, secuestro, robo agravado, extorsión, trata de personas y delitos vinculados al terrorismo y al narcotráfico, pueden ser condenados como adultos. La norma tiene una explicación: las organizaciones criminales venían usando cada vez más a menores para cometer sicariato y otros delitos debido a que no eran considerados imputables. Y si eran capturados, solo eran enviados a esas escuelas del crimen como son los albergues juveniles, entre ellos ‘Maranguita’, como infractores.

Tras la publicación del dispositivo, al unísono el Poder Judicial, el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo expresaron su rechazo por oponerse —dicen ellos— a la Constitución y a los tratados internacionales sobre derechos del niño y el adolescente que el Perú ha firmado. Pero el pueblo piensa distinto. La realidad del país, la ola criminal sin precedentes que sufrimos, impone leyes duras para combatir al hampa, entre ellos a los menores. Además, aplicando la lógica, sí deberían ser procesados como adultos. Si tienen el alma y la voluntad de matar a personas inocentes, si pueden lanzar bombas a colegios o extorsionar a vendedores ambulantes, ¿por qué no pueden ir a la cárcel? En otros países, como la culta Inglaterra, menores asesinos reciben condenas duras. El año pasado nomás, dos niños de 13 años fueron sentenciados a ocho años de prisión por matar a un joven de 19 años. Señores, es preciso defender a la sociedad de esta ola criminal. Estamos en tiempos de guerra y las leyes deberían defender a los inocentes, a los honrados, no a los asesinos, extorsionadores y secuestradores. Jueces, comprendan eso”.

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