Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chicharrón de pescado con yuca sancochada, arrocito graneado y sarsa criolla. Para tomar pidió una jarrita de naranjada heladita. “María, en el Perú ocurren cosas inexplicables, que no abonan a la seguridad que necesitamos todos los peruanos.
Por ejemplo, hace dos días un agente de la Policía, quien trabaja en la unidad Águila Negra y estaba de vacaciones, salió de su casa a las 6 de la mañana para hacer una diligencia, cuando fue asaltado por dos sujetos en moto. Antes de que lo baleen, pues uno de los hampones le apuntó con un arma, sacó su arma de reglamento y mató al pistolero Gilbert Alexander Acosta Aguaje, de nacionalidad venezolana.
Su cómplice logró escapar en una moto. Desde todo punto de vista, su acción merece el aplauso de la sociedad. Se defendió como se debe. Pero acá viene lo indignante. El efectivo fue llevado a la comisaría, donde la fiscal encargada del caso ¡quiso ordenar su detención! ¡Por matar a un asaltante armado! El colmo. Ahora, no contenta con esto, ha denunciado al comandante, jefe de la comisaría, supuestamente por haber dejado que el policía escape. Según un comunicado del Ministerio Público, la fiscal se vio impedida de realizar diligencias en San Martín de Porres, debido a que el agente se encuentra no habido. Así funcionan las leyes en nuestro país.
Con este ejemplo, ¿qué policía se va a atrever a disparar a un hampón armado? ¿O sea, los fiscales quieren que los policías se dejen matar? Le pedimos a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, que ponga orden en casa. Que se centre en defender a la sociedad. Los congresistas, en lugar de pensar en darse otro bono de casi diez mil soles, defiendan a los policías, den leyes que los protejan en estos casos y castiguen a los magistrados equivocados.
Estamos en guerra a muerte contra el hampa y cuando los enfrentamos con rigor, los buenos se van a la cárcel. ¿Qué les enseñan en la universidad a esos fiscales? ¿Que los delincuentes son los buenos? ¿Que los policías son criminales? Apliquen la ley de manera justa. Nadie está diciendo que los delincuentes deban ser asesinados sin motivo. Pero si atentan contra la vida de alguien, que se atengan a las consecuencias. Tampoco se está afirmando que se deje de investigar alguna muerte.
Pero en casos como el del policía que mató al ladrón, debe primar el sentido común y no encerrarlo mientras se investiga. Todos los días miserables hampones asaltan y matan a gente inocente y trabajadora. ¿Y hay que tratarlos con guantes de seda? Muchos jueces y fiscales deben cambiar su forma de pensar. Hay criminales irrecuperables que no merecen formar parte de la sociedad. Con mano dura podremos volver a salir de casa con seguridad y que nuestros hijos jueguen en las calles sin temor a que los maten”. Me voy, cuídense.
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