La Seño María: Cárcel para menores
La Seño María: Cárcel para menores

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un puré de papas con carne apanada y arrocito. Para tomar pidió una jarrita de mate calientito. “María, se instaló un gran debate sobre la ley que permite juzgar como adultos a menores de 16 y 17 años que cometen delitos de sicariato, extorsión y otros. Uno de los que se ha manifestado en contra es el defensor del Pueblo, Josué Gutiérrez, pues supuestamente vulnera tratados internacionales suscritos por el Perú.

Es más, Gutiérrez, pertinaz defensor de la presidenta Dina Boluarte, acaba de presentar una demanda ante el Tribunal Constitucional para que la norma sea retirada. En una actitud fuera de la realidad, dijo textualmente: “En este caso, hay un atentado contra los niños, menores de 18 años, que son adolescentes y que ellos sí tienen una protección constitucional, una protección de tratado internacional convencional y, por lo tanto, el país no puede renunciar a ello”.

Este personaje considera niños inocentes a feroces y sanguinarios asesinos, que no dudan en disparar contra infantes, comerciantes, mujeres o trabajadores para exigirles un cupo. O violar a indefensas mujeres. Realmente es preocupante que alguien así haya accedido a un cargo tan alto y solo hace esas precisiones para congraciarse con las Naciones Unidas, esa entidad supranacional que legisla como si viviéramos en un mundo ideal. Pero eso no ocurre en el Perú.

Aquí, las organizaciones criminales usan a adolescentes para matar por sicariato, lanzar bombas a boticas, disparar a combis repletas de pasajeros y cogotear a escolares. ¿Se les puede considerar ‘niños’ a manganzones peligrosos como esos seis venezolanos que huyeron de ‘Maranguita’ y asaltaron violentamente un night club en Huaral? Estamos en otra realidad, no en Narnia, como pretende el defensor del Pueblo, Josué Gutiérrez.

Tenemos que juzgar a los delincuentes menores de edad de acuerdo a lo que pasa en el país. Si matan, deben pagar hasta con cadena perpetua. ¿O las víctimas no tienen derechos humanos, ellos no importan, defensor?”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

TE PUEDE INTERESAR

Contenido sugerido

Contenido GEC