Este Búho, como saben mi lectores, es cinemero. Nunca olvidaré mis luchas internas de chiquillo por optar si iba al estadio o al cine. Muchas veces ganaba el cine Mirones, que se ubicaba en mi barrio y al que podía ir solo, mientras que al estadio me tenía que llevar mi tío Kike. En ese cine descubrí las películas de Brian De Palma (Newark, New Jersey, 1940) que está celebrando sus 83 años de vida.
La inolvidable ‘Fantasma en el paraíso’ (1974) es un musical inspirado en ‘El fantasma de la opera’, ‘Fausto’ y ‘El retrato de Dorian Gray’, de Oscar Wilde. ‘Carrie’ (1976), titulada en el Perú ‘Extraño presentimiento’, es otra cinta destacada. Desde ‘El exorcista’ ninguna película había aterrorizado a las plateas a nivel mundial como esta basada en un libro del inmenso Stephen King.
En ella castigó sangrientamente el ‘bullying’ escolar en la mente sobrenatural de una vengativa quinceañera víctima del abuso (asombrosa Sissy Spacek en ese dramático papel). Una de esas víctimas fue un jovencito John Travolta, otro ‘descubrimiento’ de De Palma antes que saltara al estrellato mundial con ‘Fiebre de sábado por la noche’ (1977).
En ‘Vestida para matar’(1980), con Angie Dickinson y el versátil Michael Caine, y ‘Blow out’ (1981) nos introduce en dos thrillers, psicológico/policial el primero y político el segundo. Ambos notables.
Pero en el año 1983 presentaría ‘Caracortada’ (Scarface), su filme a la larga más taquillero y el más polémico, que unió en su boicot cuando se estrenó, increíblemente a esa crítica ‘seudo progresista’ pro Fidel y los ‘anticastristas de Miami. Pero con el tiempo se fue revalorizando, admirado por las nuevas generaciones de críticos, público y en las celebraciones por sus treinta años, que reunieron a toda la plana de actores, se reafirmó su carácter de ‘filme de culto’ y uno de los hitos en la dilatada trayectoria del director.
Relanzó la carrera de Al Pacino (como el inolvidable Tony Montana) y salvó del desastre a Michelle Pfeiffer, pues nadie la quería desde su debut y fracaso en ‘Grease 2′. Su papel de Elvira Hancock, la bella, fría y cocainómana esposa de Tony, la hizo volver a la vida en Hollywood.
En la ficción, Montana es un delincuente y homicida cubano que escapa del régimen de la isla junto a miles de sus compatriotas en balsas y barcos del puerto de Mariel hacia Miami. Montana era un asesino, pero se negó a matar niños y la mafia boliviana lo condenó a muerte en un combate épico entre el mafioso y decenas de sicarios.
De Palma fue un visionario. Años antes de la aparición de Pablo Escobar, ya Montana tenía una mansión con un zoológico adentro, con tigres, cocodrilos y elefantes. ‘Carlito’s way’ (1993) es una obra maestra sobre la amistad, lealtad y traición entre el peligroso narcotraficante neoyorquino Carlito Brigante (Al Pacino), condenado a treinta años de prisión, y el ‘cerebrito’ abogado judío Dave Kleinfeld (extraordinaria actuación de Sean Pean).
El primero logra salir de la cárcel en cinco años gracias a las triquiñuelas y leguleyadas del letrado. Brigante lo idolatra. “Nunca hubiera resistido treinta años encerrado, me salvaste la vida, hermano, te estaré eternamente agradecido”, le dice en tragos.
Lo que no sabía Carlito era que el ‘lorna’ Kleinfeld se había vuelto mafioso y rico lavando dinero de los grandes capos de la mafia y les exige millones de dólares para sobornos de jueces, pero los ‘cierra’ y los deja pudrirse en prisión, por lo que es amenazado de muerte.
Asustado, le pide ayuda a Brigante. Este le pone como guardaespaldas de confianza a ‘Pachanga’ (notable Luis Guzmán). Cuando el protagonista consigue dinero suficiente como gerente de la discoteca del ‘Gordo Saso’ (Jorge Porcel) para retirarse con su bella novia de juventud Gail (irresistible Penelope Ann Miller) a Bahamas, su abogado, consumidor compulsivo de cocaína, le implora que lo ayude a sacar de la cárcel a un narcazo italiano que lo amenaza de muerte.
Pero lo traiciona. Pocos saben que el director no solo ‘descubrió’, sino que le dio su primer papel importante en una película a Robert De Niro en: ‘Saludos’ (1968), sino que se lo recomendó a Martin Scorsese para que estelarice ‘Calles peligrosas’ (1973), su primer trabajo con el gran Marty.
A los 18 años Brian vivió dos acontecimentos que le cambiarían la vida. Su madre, un ama de casa eclipsada por el carácter de un egocéntrico marido médico y profesor, intentó suicidarse. La salvaron, pero en su lecho de convaleciente le confesó a su hijo menor que su padre le era infiel.
Brian se convirtió en un sabueso de su progenitor. Lo espiaba en todos lados. En ese mismo tiempo que estudiaba Física en la Universidad de Columbia vio el filme ‘Vértigo’ (1958), de Alfred Hitchcock, por primera vez. En la trama el protagonista Scotie ‘vigilaba’ a una mujer llamada Madeleine, tal como él lo hacía con su papá.
Hasta que lo descubrió en el piso de su consultorio con su secretaria. Y decidió que ya no quería observar la naturaleza que obligaba su futura profesión, sino prefería espiar a los demás. Terminó su carrera, pero ingresó a estudiar una maestría como director de teatro en la universidad. Feliz cumpleaños al maestro. Apago el televisor.
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