Una adolescente de 15 años en Reino Unido tuvo que someterse a una delicada operación debido a que parte de su cerebro se estaba saliendo de su cráneo y ponía en riesgo su vida. La joven sostuvo que los malestares se iniciaron cuando empezó a sentirse como si estuviera borracha sin haber bebido ni una gota de alcohol.
Erin Orlopp de 15 años tuvo que acudir de emergencia al médico tras ver cómo su mejilla se inflamaba, empezaba a tener dolores de mandíbula, cuello y cabeza. Además, no poder caminar en línea recta, "se tambaleaba como si estuviera borracha y tenía trastornos visuales", relató la madre de la menor, citada por Daily Mail.
Tras un intenso chequeo y de someterse a una resonancia magnética del cerebro, cuello y columna vertebral, los médicos le revelaron a Erin y a su familia que sufría de la malformación de Chiari e invaginación basilar, que ocurre cuando el tejido cerebral se extiende hacia el canal espinal, lo que puede provocar daño permanente o incluso la muerte.
En pocas palabras, parte de su cerebro se 'estaba cayendo' por la parte inferior del cráneo, aplastando la médula espinal, lo que restringía el flujo de líquido espinal y le provocaba que 'tambalee'.
La adolescente fue sometida a una intervención quirúrgica en la que se le extirpó la parte inferior del cráneo con el fin de aliviar la presión sobre la médula espinal, pero deberá pasar por el quirófano nuevamente.
¿Qué es la malformación de Chiari?
Las malformaciones de Chiari consisten en defectos estructurales del cerebelo, órgano encargado de controlar el equilibrio y la coordinación neuromuscular. El cerebelo normal ocupa un espacio indentado en la parte inferior del hueso occipital, encima del foramen magnum, orificio por el cual desciende el extremo del tronco encefálico hacia el canal medular. La malformación de Chiari se produce cuando parte del cerebelo se encuentra ubicado por debajo del foramen.
El dolor de cabeza es un signo distintivo de las malformaciones de Chiari, especialmente después de una tos, estornudo o distensión muscular repentina. Otros síntomas pueden variar entre las personas y podrían incluir: dolor en el cuello, problemas de audición o de equilibrio, debilidad o insensibilidad muscular, mareo, dificultad para tragar o para hablar, vómitos, zumbido en los oídos, curvatura de la columna vertebral (escoliosis), insomnio, depresión, problemas de coordinación de las manos y de habilidad motriz fina.