Cuatro niños sobrevivieron solos en la espesura de la selva por 40 días y 40 noches. Parece el resumen de una película o nueva serie e algún streaming, pero ocurrió en la profundidad del territorio colombiano. Lo increíble es que uno de aquellos heroicos infantes era una pequeña bebé que cumplió apenas un año mientras aún estaba perdida con sus hermanitos.
Lesly Jacobo Mucutuy (13 años), Soleiny Jacobombaire Mucutuy (9), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4 años) y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy (1 año) desaparecieron en medio de la selva salvaje desde el primero de mayo pasado, cuando el avión en el que viajaban con su mamá se estrelló.
La aeronave que cubría la ruta Araracuara (Caquetá)-San José del Guaviare (Guaviare) con siete tripulantes a bordo, un Cessna C206 de matrícula HK 2803, presentó una falla en su motor, obligando al piloto a declararse en emergencia. Minutos después, se perdió comunicación con el avión.
Los cuerpos de Magdalena Mucutuy Valencia, madre de los cuatro menores; el piloto Hernán Murcia; el líder uitoto de la Organización Nacional de los Pueblos de la Amazonía Colombiana (OPIAC), Herman Mendoza Hernández, así como los restos de la avioneta, fueron encontrados 16 días después.
Pero de la suerte de los niños no se sabía nada. Intensas horas de búsqueda, más de 200 rescatistas, perros y la comunidad se insertaron en la selva para buscarlos. Con los días encontraron algunas, muy pocas señales como huellas y cáscaras de frutas. Todas indicaban que los menores estaban con vida.
Lesly Mucutuy, a sus 13 años, en su rebeldía adolescente se había escapado muchas veces a la selva y sabía manejarse bien entre la jungla. En eso confiaban sus familiares. Ella estuvo a cargo y mantuvo con vida a sus hermanos, entre ellos la pequeña Cristin, que solo tenía 11 meses al momento de perderse.
En la soledad de la selva, la bebé cumplió un año el 25 de mayo y seguramente los cuatro hermanitos se dieron un gran abrazo para celebrarlo, celebrando también la alegría de que se mantenían con vida y la esperanza de que pronto serían hallados o ellos encontrarían ayuda.
Mientras tanto, la búsqueda avanzaba con ruido, perifoneo, ayuda canina y rituales indígenas. El 25 de mayo, día del cumpleaños de Cristin, perifonearon mensajes para saludarla: “Feliz cumpleaños Cristin, Dios te bendiga siempre, ¡Te encontraremos muy pronto!”.
Con ayuda de varios perros de búsqueda, especialmente de Wilson, los rescatistas lograron hallar un total de ocho rastros de los niños. entre pisadas, biberones, pañales, tijeras, una liga para el cabello y hasta frutos a medio comer.
Finalmente y tras 40 días de intensa búsqueda, los uniformados lograron hallar con vida a los cuatro menores. Y aunque algo deshidratados, desnutridos y con picaduras de insectos, pudieron reencontrarse con su padre y abuelos.
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