Washington. [AFP]. El expolicía inculpado tras la muerte de Breonna Taylor, una joven afroestadounidense fallecida durante un registro policial en marzo en Louisville, en Kentucky, se declaró no culpable de tres cargos que la justicia le imputó la semana pasada.
Ninguno de los tres policías que abrió fuego durante la operación en la que murió la joven de 26 años fue inculpado de homicidio.
El agente Brett Hankison fue imputado por poner en peligro la vida de vecinos de Taylor, ya que sus disparos alcanzaron el apartamento contiguo al de la víctima.
Y la justicia no impuso ningún cargo a los otros dos agentes, ya que un jurado consideró que habían actuado en legítima defensa.
Hankison, despedido de la policía en junio, está libre e intervino este lunes en una breve audiencia por teléfono.
Su abogado, Stewart Matthews, pidió que el policía pueda conservar las armas que posee “para defenderse”, debido a “las amenazas que ha recibido en las redes sociales”, una petición rechazada por el juez.
La decisión judicial sobre la muerte de Taylor provocó protestas en Louisville y en el resto de Estados Unidos de manifestantes que consideraban demasiado benevolente el trato reservado a los tres agentes.
La próxima audiencia del caso se celebrará el 28 de octubre. Hankison podría ser condenado a hasta 15 años de cárcel.
Taylor murió el 13 de marzo por la noche, después de que los tres policías acudieran a su domicilio con una orden de registro especial que les permitía entrar a su casa sin avisar.
A su llegada, el novio de la víctima abrió fuego contra los agentes, y éstos replicaron con sus armas y varios disparos alcanzaron a Taylor.
El novio de Taylor aseguró que había confundido a los policías con ladrones, pero los agentes afirmaron haber anunciado su presencia antes de entrar, una versión confirmada por un testigo, según la fiscalía.