Contra viento, marea y una tormenta invernal. Una mujer de 90 años caminó más de nueve kilómetros de ida y vuelta para recibir la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 en Seattle.
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Se trata de Fran Goldman, quien tomó la decisión de salir de su casa para luchar contra el virus, se puso pantalones de lana y una blusa de manga corta para que la enfermera pudiera aplicarle fácilmente la dosis en el brazo. Sobre su blusa, se colocó una casaca polar y un abrigo impermeable.
Además, se puso botas para la nieve y así caminó por las calles nevadas, con ayuda de unos bastones de trekking. “No fue fácil, fue todo un reto”, declaró a The Seattle Times.
Fran llegó a la citación solo cinco minutos tarde. Indicó que la caminata no fue nada en comparación con todo el trabajo que le implicó conseguir una hora para ser vacunada.
“Estuve llamando para obtener una cita donde fuera, todas las mañanas, todas las tardes y varias veces estuve en línea por la noche”, narró Fran.
En tanto su hija, Ruth Goldman, destacó su valentía y dijo que Fran siempre busca soluciones y no problemas.
Fran señala que comunicaba por teléfono con el Departamento de Salud del estado de Washington, pero no lograba nada. También consultó en las farmacias, pero no tuvo éxito. Lo mismo ocurría con su hija, quien desde Buffalo, Nueva York, intentaba encontrarle un cupo a través de internet.
Las buenas noticias llegaron desde el Hospital de Niños de Seattle, donde Fran pudo agendar una hora para el pasado domingo, a la que asistió a pesar de la nieve. “Mi madre no permitiría que un poco de nieve le impidiera recibir la vacuna”, aseguró Ruth.
“Ella estaba dispuesta a caminar muchos kilómetros de ida y vuelta para conseguirla. Es una persona realmente notable que tiene la actitud de no dejes que un poco de adversidad se interponga en tu camino. Ella es alguien que busca soluciones, no problemas”, finalizó su hija.
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