EN LOS DOS EXTREMOS. La Policía de India ha demostrado un gran ingenio durante los últimos dos meses para tratar de confinar en sus casas a 1.300 millones de personas frente al coronavirus, con bailes, disfraces y alguna que otra broma macabra, aunque a veces se hayan excedido también con golpes y castigos.
En la era de los videos virales, las iniciativas de la policía india han incendiado en más de una ocasión las redes sociales desde que el 25 de marzo comenzó un confinamiento que ya se ha extendido en tres ocasiones, hasta el 31 de mayo.
Mientras, la cifra de infectados en el país sigue en aumento y ha superado ya los 150.000 casos confirmados, de los que más de 4.300 han fallecido.
Para detener su propagación, en una de las medidas más llamativas, la Policía del meridional estado de Tamil Nadu decidió encerrar sin miramientos en una ambulancia, con un ficticio paciente de COVID-19, a todo aquel que osara incumplir el confinamiento.
En uno de esos videos se ve cómo la Policía detiene a tres adolescentes que circulaban juntos en motocicleta y los obliga a entrar en la ambulancia. Desesperados, patalean, gritan o tratan de escapar por las ventanillas, mientras el supuesto enfermo yace en una camilla.
La muerte patrullando
También Yamaraja, el señor de la muerte en la mitología hindú, se paseó por las calles de Bangalore, en el sureño estado de Karnataka, patrullando e informando puerta por puerta de las reglas del confinamiento.
Se trataba de un agente ataviado con el colorido traje de Yamaraja, en el que predomina el dorado, con amplios bigotes y una prominente corona, muy alejado de la sobria representación de la muerte en Occidente y, en lugar de guadaña, porta un gigantesco mazo, conocido como “gada” en el subcontinente indio.
“Si se infectan con coronavirus y no reciben tratamiento morirán, así que para mostrar la seriedad (de la situación) tratamos de mostrar que Yama vendría y se los llevaría”, explicó a Efe el inspector local Ragavendra, a quien se le ocurrió la idea.
El video de un subalterno de Ragavendra sentado en el capó del vehículo policial mientras patrullaba Bangalore se hizo rápidamente viral y la idea se replicó en otros lugares del país.
En Hyderabad, otra de las grandes ciudades del sur, capital de Telangana, la policía optó por cambiar sus habituales cascos por otros más llamativos, rojos y verdes con enormes púas, simulando al temido virus surgido en la ciudad china de Wuhan.
De esa guisa los agentes patrullaron la ciudad, a caballo o en moto, portando carteles con mensajes como “no se den la mano” o “por favor, eviten reunirse”.
“Teníamos que ser creativos para ayudar a que la gente comprenda la pandemia”, afirmó a Efe Anil Kumar, comisario adjunto de la policía de tráfico de Hyderabad.
Agentes: actores y cantantes
También en Telangana, la inspector general de la policía estatal, Swati Lakra, tuiteó recientemente un video en el que varias agentes del cuerpo bailaban alegres canciones cuya letra hacía hincapié en las precauciones que deben tomarse para evitar contagios.
Un sistema replicado a lo largo de estos dos meses por numerosos policías locales, que han recurrido a canciones y coreografías para explicar a la población las restricciones, el peligro y las medidas higiénicas en torno al virus.
“Cuando canto, la gente no se siente obligada a cumplir el confinamiento”, pero lo hace, aseguró a Efe Charanjit Singh, subinspector adjunto de la policía del estado occidental de Punjab, fronterizo con Pakistán.
Singh compuso una de esas canciones a petición de sus superiores ante la imposibilidad de ir puerta por puerta, para que así el mensaje llegase a más gente por televisión e internet.
“Llega mejor a través de los medios electrónicos”, reconoció y añadió que “la respuesta de la gente ha sido excelente y la hemos concienciado”.
También en varios estados del norte del país se ha empleado este sistema, con canciones populares de la industria cinematográfica de Bollywood adaptadas a la situación e interpretadas por policías.
Críticas por sus ortodoxos castigos
Pero no todo han sido elogios para una institución encargada de hacer cumplir el confinamiento en todo el país después de que, en numerosas ocasiones, emplearan métodos cuestionables contra los infractores, sobre todo contra los sectores más vulnerables.
Entre ellos destacan los millones de trabajadores migrantes que de un día para otro perdieron sus jornales diarios y, sin ningún tipo de sustento, trataron de regresar a sus pueblos de origen desde las grandes ciudades a pie, ante la falta de transportes.
Las redes sociales, una vez más, se vieron inundadas de videos en los que los agentes golpeaban con sus largos bastones a los que se aventuraban a las calles, muchos de ellos migrantes de camino a casa, a los que a veces obligaban también a hacer flexiones, abdominales y sentadillas como castigo.
En otras ocasiones los rociaron con desinfectante en plena calle, mientras los trabajadores empapados, hombres y mujeres, se mantenían pasivos de cuclillas.