Santiago [AFP]. Un policía resultó herido por disparos este viernes durante una protesta en la comuna de Cerrillos, al sur de Santiago, en la que un centenar de vecinos denunciaron la falta de ayuda del Gobierno en medio de la crisis provocada por la pandemia del nuevo coronavirus.
Los vecinos de esta comuna, una de las más pobres de la capital, protagonizaron “graves desórdenes con barricadas y lanzamiento de elementos contundentes” contra la Policía, que los dispersó con gases lacrimógenos, informó la institución mientras medios locales mostraron a un grupo de jóvenes encapuchados lanzando piedras.
Durante el enfrentamiento un uniformado “resultó herido a bala en el brazo izquierdo”, pero se encuentra fuera de peligro, indicó Carabineros (policía uniformada) en su cuenta de Twitter.
Los vecinos lamentaron la poca o nula ayuda del gobierno para enfrentar la falta de alimentos y el desempleo provocados por la paralización de actividades debida a la crisis sanitaria que comenzó en marzo, justo cuando la economía parecía repuntar luego del estallido social iniciado el 18 de octubre.
La movilización se produjo el mismo día en que el gobierno comenzó la entrega de 2,5 millones de cajas de víveres para las familias más vulnerables y de clase media, como forma de frenar el descontento social en medio de la crisis.
La distribución tiene un costo de 100 millones de dólares.
Las protestas por falta de alimentos comenzaron el lunes en la comuna de El Bosque y se replicaron dos días después en La Pintana, dos de los barrios más pobres de la capital chilena donde la frase “tenemos hambre” se repitió entre los manifestantes.
El jueves por la noche, nueve personas fueron detenidas por intentar saquear un supermercado en el sur de Santiago.
El gobierno prometió la entrega de bonos económicos para el 60% de los más pobres, pero fueron declarados insuficientes por los manifestantes.
Desde el 3 de marzo, cuando se confirmó el primer caso de coronavirus en Chile, el Ejecutivo optó por realizar cuarentenas selectivas y un mes después ya pensaba en un “retorno seguro” a los trabajos y a las clases pese a las críticas de la oposición y el colegio médico, que pedían cuarentenas totales.
Pero el rápido incremento de los casos y las muertes ha puesto en una semana contra las cuerdas a los hospitales que están atendiendo casi a su máxima capacidad a pacientes con COVID-19, y las autoridades volvieron a imponer confinamientos.
Chile siguió el viernes marcando récords preocupantes en la pandemia: 4.276 nuevos casos de contagios y 41 fallecidos en las últimas 24 horas, para sumar 61.857 infectados y 630 muertos.