Este viernes la operadora del Metro de Santiago de Chile, que moviliza aproximadamente a 3 millones de pasajeros por día, dejó de operar tras los ataques recibidos y las masivas evasiones que se han producido en rechazo del alza en las tarifas, informó la empresa.
"Toda la red de Metro se encuentra cerrada por disturbios y destrozos que impiden contar con las condiciones mínimas de seguridad para pasajeros y trabajadores", anunció el ferrocarril metropolitano a través de un mensaje de Twitter.
Miles de chilenos se vieron afectados en su regreso a sus hogares el viernes después de esta decisión y las protestas han continuado, por esa razón, el gobierno del presidente Sebastián Piñera amenazó, incluso, con aplicar una ley de seguridad que establece penas de cárcel a los infractores.
Las protestas de los estudiantes empezaron el lunes con centenares de jóvenes que irrumpieron en diversas estaciones saltando o metiéndose por debajo de los validadores de pasajes luego de que este aumentara de 800 a 830 pesos (US$1.13 a US$1.17)
Las medidas de protesta se radicalizaron el jueves por la tarde, cuando diversos protestantes rompieron controladores de ingreso. Esta tarde las acciones violentas continuaron cuando decenas de ciudadanos lanzaron escombros a las líneas electrificadas e hirieron a un conductor al lanzar vidrios sobre el ventanal del vagón guía.
A raíz de estas protestas, los carabineros incrementaron su presencia en las estaciones y se reprimió a los manifestantes con chorros de agua y gases lacrimógenos en las afueras de las estaciones.