La delincuencia no tienen cuándo acabar. Son muchas las personas que han sido víctimas de robos al paso, extorsiones, estafas y otros actosdelictivos que nos tienen en alerta todo el tiempo. Nadie camina tranquilio, siempre se está con el temor de que algún sujeto nos arreche el bolso, el maletín o la cartera. Peor aún, si nos han atacado con alguna arma blanca o de fuego; quizás el trauma sea más difícil de superar.
El psicólogo Héctor Lazo de la Clínica El Golf Sanna nos explica en esta nota qué le sucede a nuestra salud mental frente a los hechos delictivos que se viven día a día.
Ante esta ola creciente de inseguridad ciudadana y la cada vez criminalidad más despiadada, esta viene afectando la salud mental y física de la población, ya que genera conductas y actitudes caracterizadas por la desconfianza, el estar constantemente en alerta, miedo y un aumento de estrés permanente.
Las repercusiones se da en diversos tipos de población. Por ejemplo: en los comerciantes existe una alta tasa de frustración, sin contar que estos muchas veces viajan hacia el exterior del país (causando sensación de desarraigo involuntario) al no poder desarrollarse en las metas se han propuesto.
En los estudiantes, que no pueden llevar sus materiales de estudio a sus clases (laptop, tablets , celulares ) les provoca un alto nivel de paranoia y desencanto de las autoridades del país.
En las amas de casa cuando se dirigen a hacer sus compras, se incrementa los niveles de ansiedad y frustración llevando esa irritabilidad al ambiente familiar y esto a su vez crean crisis familiares.
El incremento en los niveles de ansiedad, en la paranoia, con alteraciones del sueño, aprendizaje en los niños de los colegios quienes imitan estos tipos de conductas a menor escala en sus colegios (robo, golpes, bullying) se eleva el deseo de no socializar porque en el camino “algo me puede pasar”, niños que los tenemos aislados en casa y no pueden salir a divertirse en espacios públicos. Definitivamente los altos niveles de delincuencia repercuten en la salud mental de la población.
Las consecuencias psicológicas a raíz de la experiencia criminal son: frustración, temor, la impotencia y el pánico como las secuelas inmediatas.
Las consecuencias posteriores: el temor y una sensación de alerta constante, un cambio en la noción de la posibilidad de ser víctima de un crimen, esto no significa que vuelvan a sentirse y a percibir su realidad de la misma manera que antes de la victimización, pues se presentan la hipervigilancia constante en cualquier lugar y situación.
- En el caso de haber sufrido un acto delictivo se recomienda acudir al psicólogo para que pueda trabajar sobre algún trastorno mental producto de un efecto postraumático
- La sobreexposición de imágenes delictivas alteran no solo la mente de los que han pasado por ese acto delictivo, sino también de aquellos que no lo han pasado. Se recomienda no exponer a los niños a imágenes que se ven a diario en las noticias.
- A nivel de municipios se debería brindar la seguridad necesaria en espacios públicos donde la gente pueda volver a socializar y creer que hay espacios seguros donde se pueda transitar sin temor, esto contribuiría a que la salud mental de la población se incremente.
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