La cruz es un símbolo asociado a la crucifixión de Jesús, una de las formas más horrendas de castigo en el mundo, que no empezó, como muchos creen, con la ejecución del Hijo de Dios.
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Miles sufrieron esa cruel muerte. Según registros históricos, la crucifixión data del siglo IX antes de Cristo, se extendió notablemente bajo el mandato persa, aunque fueron los romanos quienes la ‘perfeccionaron’ para convertirla en la máxima ejecución mediante la tortura.
El objetivo de la crucifixión era castigar al detenido, humillarlo y torturarlo, pero también exponerlo ante el público para que todos vieran el horror y sirviera de ejemplo para que nadie se levantara contra sus gobernantes.
No se sabe con seguridad si ataban o clavaban al detenido con las manos sobre la cabeza o detrás del madero, aunque algunos historiadores indican que las formas fueron evolucionando y siendo cada vez más brutales.
Los romanos produjeron dos tipos de cruz: la Tao con una t mayúscula, y la latina con una t minúscula, ambas cruces tenían dos vigas, una era un poste vertical llamado estípite, y la otra una viga horizontal, de nombre patíbulo.
Una de las crucifixiones en masa más famosas de la historia ocurrió en el año 71 antes de Cristo.
Espartaco, un antiguo gladiador, lidera su ejército de esclavos contra Roma. Gana varias batallas, pero al final es aplastado por los romanos.
Espartaco y sus seis mil soldados fueron crucificados a lo largo del tramo de la Vía Apia, entre Capua y Roma.
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