Es usual que los padres mencionen en la consulta que su niño amanece con dificultad para respirar, y que estornuda mucho por las mañanas.
Al examinarlo encontramos que tiene congestión nasal, es decir, las fosas nasales están muy rojas y esto sucede más durante el cambio de clima, en las mañanas muy húmedas (otoño e invierno).
Otros niños empiezan a tener tos persistente, a predominio nocturno, o al realizar esfuerzos físicos, como correr.
Además, algunos de estos casos se asocian con alergias en la piel (es decir, la epidermis se pone roja sin razón aparente).
A estos niños se les denominarán niños atópicos o alérgicos, pues siempre van a tener familiares con alergia.
Sabemos como regla que si nuestros papás y nosotros tenemos antecedentes de alergia, nuestros hijos y nietos también corren el riesgo de sufrirlas.
Acudamos siempre al médico para su respectivo tratamiento.
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