La doctora Suzanne Cortez Abanto señala que: “A partir de los 40 años es necesario realizarse una mamografía anual, que permitirá ver a detalle el estado de tus mamas y determinar si existe o no algún tumor en ellas. Si sientes que tu seno se hincha de manera constante, tienes bultos o la piel de tus mamas se enrojece u oscurece, o el pezón se retrae, acude a tu médico lo más pronto posible”.
“Es importante que las mujeres se realicen un autoexamen mensualmente, pues al estar familiarizadas con su cuerpo podrán detectar cualquier anomalía y consultarla con su médico”, refiere la experta.
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Tres son los momentos ideales para ubicar, manual y/o visualmente, algún cambio corporal sospechoso de cáncer de mama que, detectado a tiempo, nos salvará la vida.
1. Al ducharse. El agua hace fácil deslizar los dedos arriba y debajo del seno. Hay que presionar la piel en busca de algún bultito.
2. Después de la menstruación. Una semana luego de acabado el periodo, el tejido del pecho es más flexible y al tacto puede detectarse algo extraño.
3. Antes de ir al ginecólogo. Despeja tus dudas a pocos días de la cita médica para observar y palpar, y decir al galeno si hay algo raro.
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