Es la mujer que desde su interior impresiona y desde su exterior encandila. Juliana Oxenford dice lo que piensa y en enero volverá a ser un ‘torbellino’. Acérrima hincha blanquiazul, madre, periodista y, sobre todo, gran mujer.
No. Así es el futbol. Aunque duela, Alianza es mucho más que un descenso.
Muchos. No hay un solo responsable.
No lo sé, no soy él.
Pena. Tuvo todo y no supo cómo manejarlo. No logró que su calidad como futbolista se traslade al aspecto personal.
Alguna vez me han invitado a seguir, pero yo misma los he sacado y mostrado.
‘Habla, flaca’.
Todos los días con mi esposo, ja, ja, ja.
Me meto, busco la manera de conseguir una prueba a través de una grabación, con el celular por ejemplo, y llamo a la policía.
Buscar que se nos reconozca los mismos derechos que a los varones, ni más ni menos.
Quienes crean eso, no entienden la figura.
Muchísimo. Los fideos al pesto se han convertido en el plato favorito de la familia.
‘Como tu mujer’ de Rocío Dúrcal.
Cuando lo sea te respondo.
El hombre es así porque la sociedad lo permite y encima aplaude.
No se trata de cambiar, sino de reconocer lo que hizo y asumir que no puede volver a hacer sufrir a una persona.
Habla poco y hace mucho.
Generalmente eso sucede cuando hay hijos, que se quedan con las mamás.
Que se vayan los dos y vendan la casa.
Tengo uno en casa y María (su hija) me acompaña.
‘El teléfono’, siempre.
Son tantos que sería más fácil nombrar a los que considero que sí la tienen.
Demasiadas.
Esto también vale para la mujer. Algo debe faltarles en la vida para desesperarse tanto por tener una ‘vitrina’.
Una persona a la que le falta vivir experiencias. Y si las vivió, tristemente no supo aprovecharlas.
Oportunismo puro y duro.
La mujer de 40 es de 40. La diferencia entre hoy y antes es lo que hemos logrado en el tiempo y nos permite estar mejor en todos los aspectos.
Mucho. He tratado de estar en el momento más crítico de la coyuntura haciendo ‘en vivos’ por mis redes. Presenté una especie de editorial en mi programa donde salí en directo opinando sobre las marchas y la renuncia de (Manuel) Merino.
¿Qué entiende usted por ‘ser consecuente’?
Sí, como todos. Sin embargo, siempre he creído que los periodistas debemos quedarnos en nuestra propia trinchera para mantener la visión más clara posible de la realidad.
Totalmente. Esta generación nos ha dado cátedra de valentía y respeto por la dignidad de todo un país.
Es duro, pero maravilloso. Definitivamente nací para ser madre y no hay nada que más ame y disfrute que estar con mis hijos.
Salsa y música criolla.
El tiempo se busca y siempre hay. Difícil reencontrarse con una misma, luego de la experiencia de haber vuelto a ser mamá. Ahora mismo, dos meses después del nacimiento de Mateo, me cuesta incluso ubicarme como Juliana en el mundo.
Con responsabilidad y sin entrar en pánico. Cuido la parte física tanto como la emocional.
Una vez no nos dejaban salir del penal de Iquitos. En otra oportunidad tuve que conducir un ‘peque-peque’ (especie de canoa) al regresar de entrevistar a una comunidad aguaruna y por poco nos matamos. Las amenazas en épocas electorales, más de una vez un carro me ha seguido en la calle.
Para decir la verdad. Acercar a la gente aquello que el poder intenta ocultar.
Gracias por seguirme y estar pendientes de mí. Ya pronto vuelvo con todas las ganas de reencontrarme con el público. Un abrazo y felices fiestas para todos.
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