POR: FERNANDO ‘VOCHA’ DÁVILA
FOTO: ALLENGINO QUINTANA
Canta y el oído se emociona. El corazón se estruja, como si su voz lo apretara más. El maestro Lucho Paz, ícono de la cumbia, no tiene un micrófono al frente, esta vez ha decidido que su alma cante ante cada pregunta.
Escucho ‘Tu amor es una mentira’ y vives la letra...
En cada pedazo de canción hay un trozo de uno.
¿Te han engañado?
Alguna vez me jugaron mal.
Eres valiente...
Pasé por una decepción, estoy seguro de que no seré el último.
¿La más grande mentira que se dice en nombre del amor?
Estás decepcionado y aseguras: ‘No vuelvo a amar, ni más me enamoro’.
Esa ‘promesa’ es como...
Cuando brindas más de la cuenta, despiertas ‘resaqueado’ y te engañas: ‘Ni más tomo’.
¿En qué momentos nace la mejor inspiración?
En los más dolorosos.
Defínete como intérprete...
Canto la cumbia con sentimiento de balada.
¿Tu ídolo es un cantante de tu mismo género?
Siempre fue Nino Bravo.
Con buena voz, ¿te vuelves atractivo ante las chicas?
Se conquista a muchas.
¿Por qué?
Te escuchan y quedan admiradas.
La voz atrapa.
Muchos dicen que todo entra por los ojos, yo agregaría que también por los oídos.
Explícame, por favor...
Primero es la admiración, después nace el sentimiento.
¿Has dado serenatas?
La única vez la di cuando tenía 18 años. Le canté a una chica el tema del ‘Puma’ José Luis Rodríguez, ‘Voy a perder la cabeza por tu amor’.
¿Le gustó?
Salió agradecida y fue por su cumpleaños.
¿Y alguna pareja te ha pedido que cantes en su matrimonio?
Unos amigos se casaban y me lo solicitaron, pero no fui.
¿Y cómo les va ahora?
Se separaron.
¿En cualquier reunión de ‘patas’ te piden una cancioncita?
Siempre empiezan a sacar un micrófono.
Dime tres voces jóvenes de la cumbia peruana...
Marco Antonio, John Kelvin y Leonard León, pero aún no encuentro quién me llene las expectativas.
Saltemos a la salsa, ¿Daniela Darcourt o Yahaira Plasencia?
La primera me gusta más. Es más melodiosa.
¿Se canta así haya ido muy poca gente?
Nos presentábamos en la hacienda Tumán. Primero tocaba ‘Grupo 5’ y seguíamos nosotros. Esperábamos en el bus y el mánager nos avisó: ‘No ha entrado gente, solo hay cinco personas’.
¿Se fueron?
Eso pensé, pero los muchachos del grupo dijeron: ‘Ya estamos acá, que sea como un ensayo’. Nos presentamos y entraron siete personas más.
¿Otra historia sufridita?
En Moyobamba, un promotor nos dejó tocando y se llevó la taquilla. También se había presentado Ernesto Pimentel y me prestó plata para poder regresar con mi gente a Lima.
¿Nunca te ‘cuadraron’?
Camino a Tingo María unos encapuchados nos sacaron del bus, nos tiraron boca abajo, tenían botas y entre ellos se llamaban ‘promoción’.
¿Cómo la libraron?
Uno se acercó y preguntó: ‘¿Dónde está Lucho Paz?’. Alcé la mano y al verme se me acercó al oído: ‘Soy tu hincha, compadre’.
Una última por favor...
Estaba tocando en un barrio bravo de Chiclayo, acabamos y me puse a conversar con una chica en la esquina...
¿Perdiste?
Apareció una ‘mancha’ que venía como saqueando y uno de ellos dijo: ‘Oye Lucho Paz, váyase de acá compadre’.
¿Cómo manejas la disciplina en tu banda?
Hay un reglamento: Nada de alcohol en el escenario, permiso hasta para ir al baño, nada de mujeres al hotel.
Se viene algo bueno...
En mayo cumplo 35 años de vida artística y lo celebraré a lo grande, con conciertos online y el domingo 9 cantaré por el ‘Día de la Madre’.
Un gran abrazo, maestro...
Al ‘Trome’ por apoyar siempre al artista nacional.