Gianella Neyra y Cristian Rivero afirman que son un buen equipo, tienen ‘química’ y están felices conduciendo ‘La Voz Kids’. La actriz cuenta que en casa también se vacilan, no le gusta la cocina y a veces piensan en ampliar la familia. Mientras que él asegura que sigue siendo un fan de su esposa.
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La química que demuestran frente a las pantallas se profundiza y se ha infinita en esta entrevista a TROME. Así, pueden pasar a ser una de las parejas más sólidas del espectáculo peruano a serlo de la conducción de un programa de TV. El tiempo lo dirá. Comenzamos.
Sí, en televisión creo que sí... hace ‘uff’, ya perdí la cuenta.
Es lo máximo, más allá que es un superprofesional y tiene toda la experiencia del mundo en la conducción, es un placer trabajar con él, ya tenemos la confianza, la dinámica armada. Entonces, es llegar y divertirse, y en un formato como ‘La Voz Kids’ mejor.
Sí, bueno, en realidad a mí me dijeron: ‘Tú ve y sé mamá’, así que es exactamente lo que tengo que hacer y fue muy lindo porque los niños son hermosos. Realmente hay unas voces increíbles, a los niños les encanta cantar, aman lo que están haciendo. Está siendo una muy linda experiencia y también de enseñarles a estos chicos que los sueños se cumplen, que con esfuerzo se logra todo lo que uno quiere. A mí me emocionan.
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Por suerte, ya tenemos un año y medio en clases virtuales. Ya todos sabemos cómo es la rutina, nos hemos acomodado, mal que bien, a la nueva normalidad. Entonces, dejo todo pauteado en la mañana o en la noche y me voy a trabajar.
Lo mismo, cuando conduce ‘lo que ves, es lo que hay’ porque creo que es bien difícil estar pretendiendo ser un personaje todo el tiempo. El Cristian de la tele es el Cristian de la casa. Nos divertimos mucho, tampoco es que nos estamos vacilando todo el día. Los dos tenemos un sentido del humor distinto que siempre está presente en la casa o trabajando.
Disfrutamos mucho de las películas en casa, nuestros viernes de películas son como un ritual que tenemos y ahora último, por todo el tema de la pandemia, hemos tratado de escaparnos un poco a la naturaleza, a lugares abiertos como el mar. Buscamos espacios donde relajarnos todos y que nos tranquilicen un poquito, porque creo que han sido etapas bien desafiantes para todas las familias.
En realidad todos hemos aprendido a hacer cosas. Cristian no ha parado de trabajar durante toda la pandemia. Entonces, él sale a trabajar y yo soy la que se ha quedado en casa con las clases virtuales y los chicos. En ese sentido, todos hemos aprendido a tener responsabilidades en la casa, a cuidarnos, acompañarnos y eso ha sido muy bonito. O sea, si uno hace la comida, el otro pone la mesa, el otro lava los platos y otro pasa la escoba. Hemos aprendido a trabajar en equipo, sino, no la hacíamos.
Creo que si tuviera que escoger, limpio, a pedido del público, o lavo los platos. Yo no cocino.
Tampoco. Si tenemos que cocinar, lo hacemos, pero no es nuestra especialidad… creo que ni mis hijos quisieran comer lo que cocino, ja, ja, ja. Para qué los voy a torturar.
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Creo que sí en muchas cosas. Respetamos nuestros espacios, el hecho de que por más que seamos pareja somos personas individuales. Nos gusta mucho ver trabajar a la otra persona y crecer también a nivel individual. Entonces, creo que sí, que somos un buen equipo.
Por supuesto, ninguno...
Exacto, mis viajes que nadie me los agarre. Además, creo que es importante por más que uno esté en pareja también tener tus tiempos con tus amigos y tus tiempos para ti.
Ja, ja, ja, no, para nada. Creo que en ese sentido sabemos comunicarnos. También tenemos unos trabajos que debemos aprender a comunicarnos y dar libertades, y sobre todo alegrarse de los triunfos y el crecimiento de la otra persona, porque si la otra persona no es feliz, es imposible que como pareja seas feliz.
Uno tiene 13 años y el otro tiene 6. Primero quiero dormir un poquito, la pandemia me ha dejado un poquito agotada. No sé, la verdad... a veces decimos que sí, a veces decimos que no, depende del día, de la energía.
Con los niños es divertido, pero hay que tener mucho cuidado porque hay todo un proceso de selección, ver cómo manejar la frustración de los niños. Es un formato que está muy bien pensado para contener básicamente tanto a los niños como a los adultos. Estamos dentro de la estructura de la contención emocional y siempre les decimos que lo disfruten, que es una experiencia muy agradable.
Sí, claro. Cuando eres padre tienes un sentido distinto a cuando no lo eres. Eres más simpático con los niños, los entiendes más, puedes interpretar sus llantos, molestias, inquietudes, nerviosismo, puedes leer más su lenguaje corporal porque de alguna manera ya los has leído en casa con tus hijos.
Bien, creo que para nosotros es loco, porque si bien es un espacio laboral, es un espacio donde hemos podido estar a solas, sin el ajetreo de la casa, de las clases virtuales, con los chicos encima. Acá podemos conversar de cosas que de repente en casa no lo hacemos porque tenemos a los chicos o porque el día ha sido muy ajetreado. Nos da un poco de tiempo para nosotros.
Más o menos, soy más estricto, más cuadriculado, metódico. Lo que pasa es que en mi casa me gusta que haya un orden y con los chicos puedo ser un poco más estricto, pero dentro de todo siempre tengo algo de humor…
Sí la pasamos bien, nos reímos. Creo que hace un rato laboralmente no tomamos las cosas con tanta vehemencia, no nos exigimos tanto en que todo tiene que ser perfecto, que no puedo cometer ningún error, nos permitimos divertirnos mucho más ambos. No estamos tan pendientes de que todo salga perfecto, sino que estamos más pendientes del proceso y de que todo salga bien.
Pucha, sí es una organización complicada. La verdad que ha sido superdifícil para ella, desgastante por las clases virtuales. En medio de la pandemia hizo una película, no solo ha actuado, también la ha producido y eso le ha demandado mucho tiempo. Estoy superorgulloso de ella por cómo ha podido resolver todo. Pensé en un momento que esto iba a colapsar, pero lo resolvió superbién.
Tratamos de tener un viaje juntos, en algún ‘huequito’ que tengamos solos y los fines de semana podemos mudarnos con los chicos a la playa para que ellos también tengan su aire.
He seguido su trabajo, he sido y sigo siendo su fan, y cuando trabajé junto a ella (en la novela) fue supergenerosa con el trabajo. Me ayudó porque yo no tenía tanta experiencia en el tema actoral, era un protagónico y había mucha responsabilidad.
Un poco, es ella la que tiene más dudas y más consultas. Pero nos completamos y la pasamos bien.
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