La reducción en las oportunidades de empleo, menos alternativas para aquellos que tengan negocios e incluso la disminución de consumo de alimentos, son algunos de los efectos de la recesión económica que atraviesa el Perú en la actualidad. El impacto de esta paralización alcanzará a los peruanos de a pie, y en el marco del Día Mundial del Ahorro, es necesario conocer cómo prepararse para enfrentar mayores efectos.
El Perú ha registrado dos trimestres seguidos con un Producto Interno Bruto (PBI) en negativo, tras su caída en agosto (-0,63 %), según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Ello ha llevado a establecer que el país se encuentra en una recesión económica. Esta desaceleración causa una disminución en indicadores como inversión privada, consumo de productos o servicios, así como, en la generación de empleo.
Hasta la fecha, Alex Contreras, titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha señalado que la actividad económica se podría reactivar en los últimos meses del año y se estima un repunte en el primer trimestre del 2024. No obstante, esto dependerá de las medidas que se ejecuten.
Los niveles de ahorro en el Perú en los últimos años se han venido disminuyendo, según información de la Encuesta nacional de hogares (ENAHO), los niveles de ahorro en 2019 se registraban en 20.5% y disminuyeron hasta llegar a niveles de 2.4% en 2020, tocando fondo en Lima Metropolitana al caer de 20,7 % a 0,4% ese año.
“La recesión tiene un efecto en los sectores más importantes y uno de ellos es la oferta laboral. Al existir desempleo y falta de ingresos, se hace necesario que las familias puedan conocer cómo manejar sus consumos”, detalló José Kohagura, coordinador académico de Administración de Negocios Bancarios de la Escuela de Educación Superior Certus, quién comparte cuatro consejos para evitar gastos innecesarios en etapas de desaceleración económica como la actual.
Uno de los escenarios más desfavorables como consecuencia de la recesión económica es que las familias dejen de tener capacidad para cubrir gastos de la canasta básica. Asimismo, al haber menos oportunidades de trabajo, los ingresos que las personas solían recibir normalmente se reducirían.
Por ello, es importante que se creen hábitos financieros desde las familias. Jorge Kohagura señala que se debe empezar desde la distribución del dinero que ingresa para cubrir los gastos que se generan, hasta el uso de productos financieros que ofrece el mercado. “Se puede iniciar con la elaboración de un presupuesto, con papel y lápiz, o apoyarnos en una app”, sugiere.
La llegada de una recesión debe ser recibida con una gestión financiera personal o familiar estable. Es decir, que se debe buscar que a los efectos de reducción de ingresos generados por el panorama económico no se sume un egreso adicional por deudas.
“Lo ideal es ponerse al día con las deudas y cumplir con las obligaciones al pendiente”, señala el especialista. Además, recuerda que no es recomendable dedicar más del 35% de los ingresos al pago de todas las responsabilidades económicas que tengamos.
Uno de los efectos del desempleo generado por la recesión es que las personas comenzarán a exponerse a empleos precarios. Si bien la búsqueda por nuevos ingresos se hace primordial, lo ideal es contar con una forma segura de poder solventar los gastos familiares.
El ahorro es el respaldo con el que se debe contar para afrontar algunos imprevistos tales como: enfermedades, emergencias familiares, y en este caso, una recesión económica. Si bien se espera que la situación económica del Perú pueda superarse de cara al cierre de año.
“Es importante poder generar una bolsa de emergencias que pueda cubrir los gastos fijos que se pudieran realizar dentro de los primeros 3 meses, hasta los 6 meses, inclusive, si existiera dicha posibilidad”, finalizó el académico de Certus.
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