
Karla Bodero es arquitecta y Latala nació de una forma inesperada. Lo que comenzó como un hobby, pues tejía y bordaba bikinis con su madre para uso personal, pronto se convirtió en un negocio cuando sus amigas empezaron a hacerles pedidos. Hoy, la marca tiene ocho años en el mercado, participó en la Semana del Bikini en Miami, tiene dos puntos de venta y se alista para la internacionalización.
Latala: De un hobby a un negocio rentable
Empezó como un hobby; pasábamos las tardes con mi mamá conversando y empezábamos a tejer y, cuando nos hacían más pedidos, decidimos migrar a las lycras. Todos los moldes son creados por nosotras, igual que las piezas.
¿Cómo te sirvió tu carrera de Arquitectura para incursionar en este rubro?
Fue de gran ayuda. Me sirvió mucho para conocer las proporciones humanas, y creo que esto nos ha ayudado a que las clientas se sientan cómodas con nuestros diseños.

¿En qué te inspiras?
Siempre ha sido la comodidad de las mujeres. Muchas veces en la playa yo necesitaba una talla diferente arriba y otra abajo, y es muy difícil de conseguir. Por eso, nuestros bikinis son personalizados. Además, sacamos cinco colecciones al año y los diseños no se repiten.
¿Por qué crees que lograron expandirse en el mercado?
Por la cercanía con el público y por ser reales con los productos. También es fundamental la calidad de la tela que innovamos constantemente.
Latala: Cuenta su estrategia para atraer a su público consumidor
En el camino hubo muchos “ángeles” que me han impulsado. Tener a mi mamá como socia es clave. Y también, contar con la experiencia de mi papá en el mundo del retail, enfocándonos siempre en la calidad y ofreciendo un precio justo al público.
Los emprendedores tienen momentos duros. ¿Cómo haces para reinventarte?
Es fácil lanzar una marca, pero lo difícil es mantenerla. Me han tocado momentos duros, pero depende mucho del estado de ánimo. Si tienes un buen cliente, no hay que descuidarlo porque van a volver si el producto es bueno.
¿Cómo te han ayudado las redes sociales?
Son fundamentales, un negocio que no tiene redes sociales no existe. Nos enfocamos en innovar siendo lo más cercanos y reales posibles. El taller está en mi casa, y las clientas han visto nuestros viajes para buscar tendencias, lo que genera una marca real y cercana para ellas.
¿Cuál es el principal error que te ha servido en este camino?
No delegar. Hay que ir despacio y con pasos seguros. Por ejemplo, tuve más puntos de venta antes, pero me di cuenta de que la mayor venta se concentra en las redes sociales. Es importante pisar más despacio para tomar mejores decisiones.
¿Cuáles son las metas de Latala para el 2026?
Queremos internacionalizarnos y poder abrir nuestro propio punto de ventas donde las clientas puedan personalizar sus bikinis.

¿Cómo te va durante la época de invierno?
Es la temporada donde se vende más, pues las clientas viajan mucho.
¿Las peruanas siguen siendo conservadoras o se arriesgan más?
Ahora se arriesgan más, pero también tenemos opciones para quieren taparse un poco. Nuestras seguidoras van desde los 21 años a 50, también hacemos prendas para promociones, novias.
Dato emprendedor:
Hoy las clientas con más exigentes y Karla junto a su madre innovan todo el tiempo, viajan para traer tendencias y telas. Además, personalizan las ropas de baño para dar exclusividad.
Latala: Consejos para los emprendedores que tienen una colección que no se vende
No tirarse al piso porque el público ve tu desesperación y no te compra, cuando es temporada
baja pongo otros productos y el producto es tan bueno que lo compran.
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