Mi gente de La Fe de Cuto veo que están disfrutando de mi reencuentro con Alex Rossi luego de casi 30 años, desde Santa María en Porto Alegre, Brasil. Fue un momento único ya que ver a Rossi es algo que venía buscando desde que nació mi programa. Poder conversar con él fue muy especial para mí pues fue un hombre que marcó mi carrera, no solo por la cargada épica de aquel recordado clásico de diciembre de 95, sino que fue el atacante con el que hice dupla en mis inicios en el fútbol... siempre me daba sus palabras de aliento.
El último miércoles 18 de junio me pasó algo que siempre uno teme cuando maneja o tiene carro. Quedarse ‘botado’ en plena vía expresa o en cualquier lugar de una vía por varios motivos, uno por seguridad ya que puedes generar un accidente o sufrir un accidente, pero no solo es eso, sino también lo que genera el roche de quedarte botado. Te dicen de todo, Literal, te hacen bullying con distintas frases. Todo eso me sucedió el día miércoles.
Cuto Guadalupe se quedó botado en la Vía Expresa
El día no empezó bien. Cuando fui a prender mi carro no encendía, en ese momento pensé que se trataba de la batería por lo que de inmediato llamé a mi cuñado Gino ‘Toro’ Alfaro para realizar la maniobra criolla y me cargue la batería. Y así fue, pero mi plan inicial que era ir al gimnasio cambió ya que decidí irme a La Victoria para cambiar mi batería donde mi hermano José Janampa.
En el camino rumbo a cambiar mi batería sucedió en plena vía expresa, a la altura de Miraflores, lo que todos han visto en los videos que luego se volvieron viral o tendencia.
Sin duda que no fue fácil asumir lo que me estaba sucediendo. En el momento que se me apagó el carro me pasaron mil imágenes por mi mente. De inmediato llamé a mi cuñado para que venga a remolcarme y poder salir de ese momento. Luego tomé valor y decidí bajar para desviar a los carros poniendo un triangulo que un amigo me prestó, a pesar de tener uno en mi carro.
Cuto Guadalupe se quedó botado en la Vía Expresa
Luego de unos 40 minutos llegó mi cuñado el ‘Toro’ para remolcarme y ponerme en buen recaudo hasta que mi amigo José Janampa llegara con una batería nueva, tal como sucedió unos minutos después. Pero grande fue nuestra sorpresa cuando al cambiar la batería el mal seguía. Se llegó a la conclusión que lo que estaba mal era el alternador.
Finalmente, llevé mi carro al mecánico para que lo arreglen y en 4 horas quedó operativo, como nuevo.
Horas más tarde de ese miércoles, y sin duda, al día siguiente, todo se desbordó y me llegaron cientos de mensajes vía mis redes sociales o a mi WhatsApp. Los mensajes eran de todo calibre, algunos más amistosos, otros un poco más picaros y originales, pero en general todo en buena onda. Aunque, cuando estuve varado en plena vía expresa una señora paró su carro y me dijo: “Cuto acá tengo fósforos”. Lo que me hizo recodar al barrio para prenderle fuego a tu carro viejo. Me generó una sonrisa en medio de ese momento de pánico.
Contado lo sucedido, ahora espero, cambiar de carro ya que mi camioneta me acompaña desde el año 2008. Ojalá que alguna marca o empresa acepte el reto de acompañarme en animarme para hacer el cambio de vehículo y volver a recorrer los caminos de la vida sin el trauma de volverme a quedar tirado en plena vía expresa.
Nos leemos el próximo lunes.
