Santos encendió nuevamente la esperanza de su hinchada tras protagonizar una de sus actuaciones más sólidas en lo que va del Brasileirao. En un Vila Belmiro repleto y vibrante, el ‘Peixe’ derrotó 3-0 al Sport en la fecha 36, un triunfo vital que lo catapultó fuera de la zona de descenso. Los goles de Neymar y João Schmidt, además de un autogol de Lucas Kal, permitieron que el equipo albinegro suba dos posiciones en la tabla y supere por diferencia de goles tanto a Vitória como a Internacional.
El triunfo también tuvo un efecto colateral en la parte baja de la tabla: el Juventude quedó matemáticamente descendido, luego de haber igualado previamente con Bahía. De esta manera, Santos depende únicamente de sí mismo para asegurar su permanencia en la élite del fútbol brasileño. Mientras tanto, Sport, hundido en el fondo de la clasificación con solo 17 puntos, continúa sin encontrar un rumbo y ya no tiene opciones de salvarse.
Dentro de la cancha, todas las miradas volvieron a posarse sobre Neymar, quien jugó casi todo el encuentro pese a la complicada lesión de menisco en la rodilla izquierda. El crack brasileño no solo abrió el camino del triunfo con un gol, sino que también asistió a João Schmidt y se mostró participativo durante los 90 minutos. El propio jugador confirmó que estará presente en el próximo choque ante Juventude y que postergará su artroscopia hasta que concluya el Brasileirao.
Con este resultado, Santos llegó a 41 puntos y se mete de lleno en la pelea final por la permanencia. El equipo viajará a Caxias do Sul para enfrentar a un Juventude ya descendido, en un partido decisivo programado para este miércoles. Sport, por su parte, visitará a Bahía sin margen de recuperación, disputando simplemente los últimos compromisos de una campaña para el olvido.
Más allá de la victoria, el momento más tensó se dio durante el descanso, cuando Neymar confesó su delicado estado físico y emocional. El delantero reveló que arrastra molestias serias y que juega al límite, dejando un mensaje sincero que generó preocupación en la hinchada.
“Para ser sincero, ¡las cosas no están bien! Pero la gente necesita saber que los médicos y yo lo sabemos. Son estas personas las que necesitan saber qué pasó. No voy a poner en peligro mi carrera; solo intento hacer lo mejor para mí. Eso es todo lo que tengo que decir. Se inventan muchas cosas. Estoy triste. Muy disgustado””, afirmó el número 10 con evidente frustración y bandas de protección en su rodilla.
Las palabras del astro brasileño encienden las alarmas, pero también reflejan su compromiso en un momento crucial para su club. Con dos fechas por delante y el descenso respirándole en la nuca, Santos se aferra a su ídolo para intentar cerrar la temporada con un milagro deportivo que hace solo semanas parecía imposible.
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