La muerte de Abimael Guzmán Reynoso, el mayor genocida de la historia del Perú, fue confirmada este sábado 11 de setiembre a través de un comunicado del INPE. En esta nota, rememoramos uno de los mayores ataques que propició el criminal al mando de Sendero Luminoso, hace 29 años, para nunca olvidar el daño que ocasionó al país.
EL ATENTADO DE TARATA
El reloj marcaba las 9 de la noche del jueves 16 de julio de 1992, hace 28 años, cuando dos coches-bomba, cargados con 400 kilos de anfo y dinamita, explotaron en la segunda cuadra de la calle Tarata, en el distrito de Miraflores.
Este terrible atentado perpetrado por Sendero Luminoso, organización liderada por el genocida Abimael Guzmán, fue uno de los más feroces que la capital sufrió.
El estallido provocó la muerte de 25 personas e hirió a otras 155. Varios edificios, hoteles, establecimientos comerciales y vehículos quedaron en escombros.
La policía logró detener en los alrededores a un hombre y una mujer, por presuntamente haber participado en el condenable atentado. Los autores intelectuales recién serían castigados varios años después.
Esa noche ocurrieron otras explosiones en distintos lugares de la ciudad. En Villa María del Triunfo una torre de alta tensión fue derribada, y los terroristas tenían planificado explotar otro vehículo en la comisaría del lugar, pero la bomba pudo ser desactivada a tiempo.
Cadena perpetua
En el 2018, 26 años después de la tragedia, el Colegiado A de la Sala Penal Nacional condenó a cadena perpetua al cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y a los integrantes de la cúpula de este grupo terrorista, por este hecho: Elena Yparraguirre, Osmán Morote, Florindo Flores, Óscar Ramírez, María Pantoja, Laura Zambrano, Florentino Cerrón, Edmundo Cox y Margot Liendo. Fue absuelta Elizabeth Cárdenas Huayta.
El juicio oral duró 20 meses y fue llevado a cabo a través de 66 audiencias públicas en la Base Naval del Callao, donde el genocida permanece recluido.