Corregir errores no es ningún demérito. Menos cuando se trata de la presidenta de la República, Dina Boluarte. El domingo, enmendó una flagrante equivocación y mandó a su casa a Rosa Gutiérrez, a quien once días antes nombró presidenta de EsSalud.
Dicha designación había motivado justificadas críticas de la ciudadanía, entre ellos este columnista, pues Gutiérrez fue un fracaso como ministra de Salud. “¡Dina, no te dispares a los pies!”, fue el titular de este espacio la semana pasada.
¿Qué motivó su salida? Diversas fuentes consultadas sostienen que a Palacio no le gustó nada el plan mediático y pomposo que aplicó Gutiérrez para quedarse en dicho cargo, pese a que Boluarte ya había anunciado en una conferencia de prensa (un día antes de la fallida ‘toma de Lima’) que enmendaría ese error y la relevaría.
En lugar de esperar su cese, Gutiérrez, fiel a su estilo figureti, armó un show espectacular para presentar a sus asesores “anticorrupción”: la exprocuradora Katherine Ampuero, el excontralor Fuad Khoury y la exfiscal Rocío Sánchez.
“Gutiérrez se puso la soga al cuello con esos nombramientos, especialmente con el de Katherine Ampuero, quien públicamente le había dicho que era una inepta”, me cuenta una fuente del Gobierno.
Efectivamente, cuando Gutiérrez fue nombrada como jefa de EsSalud, Ampuero escribió en su cuenta de Twitter un mensaje dirigido al ministro de Trabajo, Fernando Varela, de quien depende esa entidad.
“De Ripley lo señalado por el ministro de Trabajo, quien irresponsablemente pide tener ‘paciencia’ con la flamante presidenta de EsSalud. Con la salud y la vida de miles de asegurados no se juega ni experimenta, señor ministro. Rosa Gutiérrez ya demostró incapacidad en el Minsa”, redactó.
Pero cuando fue nombrada como asesora, la exprocuradora, como por arte de magia, se olvidó de lo que dijo y aceptó el cargo que le ofreció la “incapaz” Gutiérrez, como ella había llamado.
En la práctica, las designaciones hechas por Gutiérrez no iban a cambiar el grave caos que vive EsSalud. Ellos, más que por sus logros obtenidos como autoridades, son personas mediáticas y políticas. El domingo renunciaron después del desembarco de su contratante.
“EsSalud tiene a 13 millones de asegurados. No necesitamos gente mediática, sino profesionales que conozcan el sector, acaben con la corrupción y la crisis en los hospitales, en donde no hay medicinas y las citas médicas tardan meses y años”, me dice un galeno que trabaja allí.
Tras su destitución, Gutiérrez despotricó y acusó de corrupción a la presidenta Boluarte. Dijo que quiso reponer al gerente general Iván Pereyra, a quien ella había sacado por ese delito. ¿Por qué no denunció en su momento ese hecho? ¿Qué hubiera pasado si no la despedían? Por cierto, dicho funcionario la desmintió ayer categóricamente en RPP.
En su reemplazo, el Gobierno nombró a César Linares, quien tiene un rosario de denuncias. ¡Señora Boluarte, un error reiterado sí importa!
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