¿ESTÁ EN PERÚ? El temible líder de la organización criminal conocida como ‘Tren de Aragua’, Héctor Rusthenford Guerrero Flores, quien recientemente fugó del penal de Tocorón, en el estado de Aragua, en Venezuela, a través de un túnel, ya estaría en el Perú, según reveló un periodista venezolano. ¿Pero quién es este avezado delincuente apodado ‘Niño Guerrero?
Fuentes a las que tuvo acceso Latina manifestaron que por información a la que tienen acceso, saben que al momento que la Policía irrumpió en el penal, ‘El Niño Guerrero’ ya no estaba en Venezuela. Estaría oculto en Colombia o el Perú, donde el el Tren de Aragua opera con total impunidad.
Su verdadero nombre es Héctor Rusthenford Guerrero Flores, y, de acuerdo con la ONG Insight Crime, nació el 2 de diciembre de 1983 en Maracay, capital del estado de Aragua.
Ya para el año 2000, Guerrero estaba inmerso en la actividad criminalidad, atacando policías y relacionándose en el microtráfico de drogas.
Insight Crime refiere que ‘Niño Guerrero’ fue puesto en la mira de las autoridades luego de que el 3 de septiembre del 2005 atacara a una comisión policial y asesinara a un funcionario de la Policía de Aragua. Por ese año, el Tren de Aragua ya ganaba notoriedad en ese estado, donde secuestraba y extorsionaba.
Fue capturado en el 2010, cuando comerciaba artículos robados y traficaba drogas en Maracay. Para entonces, sobre él pesaban tres cargos por homicidio, lo que lo llevó a estar recluido en la cárcel de Tocorón hasta el 2012, cuando escapó.
Un año después, cuando ya era uno de los criminales más buscados de Venezuela, fue recapturado en Barquisimeto, estado de Lara. Allí Guerrero cometía hurtos a residencias. Nuevamente lo internaron en Tocorón.
En el 2015, cuando seguía recluido en prisión, ‘Niño Guerrero’ apareció en una fiesta en Maracay, en un barrio controlado por el Tren de Aragua. Se presentó como su líder natural y aseguró que mejoraría las condiciones de vida para los residentes.
Quizá de esa actividad se originó la fama de Tocorón como prisión de la que entraban y salían los reos más peligrosos cuando estos querían hacerlo.
Finalmente, en el 2018 Guerrero fue condenado en Maracay a 17 años de cárcel, tras ser acusado de varios asesinatos, robos a residencias, porte de armas, tráfico de drogas y por su fuga de Tocorón.
Pero la cárcel no lo sacó de circulación. Al contrario, el poder del ‘Niño Guerrero’ y del del Tren de Aragua se consolidó.
Insight Crime detalla que dentro de la cárcel de Tocorón el ‘Niño Guerrero’ vivía en una casa de dos pisos en donde recibía a los visitantes que quisiera. También contaba con piscina, campo de béisbol, área de conciertos y hasta un zoológico.
En Tocorón, Guerrero se consolidó como el pran (cabecilla criminal) más importante del país, luego de ser señalado por el asesinato Wilmer Brizuela, alias “Wilmito”, ocurrido en el 2017. Este criminal era considerado como el primer pran de Venezuela.
El Tren de Aragua se expandió dentro de Venezuela y a partir del 2018, coincidiendo con la ola migratoria de venezolanos, sus actividades criminales empezaron a ser detectadas en Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y Brasil.
El Tren de Aragua se expandió por la región mediante la provisión de servicios de tráfico de migrantes, para luego incursionar en la trata de personas, la extorsión, el microtráfico de drogas, el sicariato, entre otras actividades criminales.
Según la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), la intervención policial y militar ejecutada en Tocorón “fue conversada” y pactada con el cabecilla del Tren de Aragua.
“OVP pudo conocer que esta supuesta intervención a Tocorón fue conversada con Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero, máximo líder del penal y del Tren de Aragua, quien se encargó de salir del penal días antes de la intervención. Asimismo, lo hicieron sus más allegados, lugartenientes y luceros, sin informar a la población penal”, indicó el OVP en un comunicado.
Además, agrega que fuentes cercanas a la operación, vecinos del centro penitenciario, reos y familiares de los mismos informaron que muchos de los presos lograron salir a través de túneles y se escondieron en las montañas cercanas a Tocorón.
“A una intervención en la que dejan ir a los pranes no se le puede llamar exitosa y mucho menos cuando fueron los mismos pranes quienes entregaron Tocorón”, sostiene el OVP.
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