:quality(75)/s3.amazonaws.com/arc-authors/elcomercio/261f2003-e2e3-42b0-afa5-d943c81ceade.jpg "Foto de Redacción Trome")
Lo que prometía ser una tranquila excursión por el majestuoso río Amazonas terminó en una pesadilla para la turista española Elisabet de la Almudena y su familia. La mujer denunció haber sido víctima de un asalto y secuestro armado mientras recorría la zona selvática con la empresa Canopy Tours Iquitos.
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Según contó la afectada en un video publicado en sus redes sociales, cuatro delincuentes armados con pistolas y una ametralladora abordaron la embarcación y obligaron al grupo, conformado por 14 personas —incluyendo niños y adultos mayores—, a desviarse hacia una zona más profunda de la selva.
“Se subieron a la barca, nos amenazaron con matarnos si no hacíamos lo que pedían. Fue el peor día de mi vida”, relató la turista, visiblemente afectada.
Elisabet detalló que los criminales los retuvieron por más de una hora y les exigieron transferencias bancarias bajo amenaza de muerte. Incluso les robaron todas sus pertenencias, incluyendo el motor del bote. La situación se tornó aún más tensa cuando los delincuentes exigieron que “callaran a los niños o se los llevaban”.
“Nos pedían que sacásemos el dinero de nuestras cuentas y los transfiriésemos a una cuenta de ellos. Si no lo hacíamos, nos dijeron que no se iban a ir de allí, incluso nos amenazaban con secuestrarnos aún más y llevarnos no sé adónde más”, agregó la ciudadana española, que pidió no visitar la ciudad de Iquitos.
La turista también criticó duramente a la agencia de turismo Canopy Tours Iquitos, pues asegura que no se activó ningún protocolo de emergencia y que el bote no tenía GPS, seguro ni sistema de comunicación. Afirmó que la empresa tardó más de dos horas en notar la desaparición del grupo.
“La propia guía del tour, una chica de solo 18 años, nos dijo que no era la primera vez que pasaba algo así”, reveló la española.
RESPUESTA DE LAS AUTORIDADES
La Gerencia Regional de Comercio Exterior y Turismo (Gercetur) de Loreto, junto a la Policía de Turismo y la Fiscalía de Prevención del Delito, realizó un operativo de fiscalización a la empresa involucrada. Revisaron permisos, protocolos y condiciones del servicio.
Por su parte, Canopy Tours Iquitos admitió el asalto armado, pero negó que se tratara de un secuestro, argumentando que “legalmente” se trató solo de un asalto. Además, prometieron reforzar la seguridad de sus tours con GPS, coordinación con autoridades y personal capacitado.
La denuncia ha generado preocupación en Loreto, región que depende en gran medida del turismo ecológico. Mientras la familia afectada pide justicia, la reputación del Perú como destino seguro está en juego.
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