El final del recorrido se convirtió en una trampa mortal. Andrés Kaira, conductor de la empresa ETCIMOSA —conocida como Línea 20— agonizó al volante después de que dos sujetos a bordo de una motocicleta desataron un ataque a balazos en plena vía, en el asentamiento humano Nueva Caledonia, en Chorrillos. Llevaba pasajeros rumbo a su último paradero cuando fue interceptado.
El atentado ocurrió la tarde del miércoles 3 de diciembre. Testigos relataron que la unidad avanzaba por la intersección de las calles Chira con Huánuco cuando apareció la motocicleta azul oscuro. De esta descendieron al menos cuatro detonaciones que sembraron el pánico entre los pasajeros y vecinos del sector.
La escena se volvió un caos. Dentro del bus, el susto quebró en gritos. Afuera, las familias de Nueva Caledonia corrieron a refugiarse. Una mujer contó que escuchó los disparos, vio a los atacantes darse a la fuga sin mirar atrás y luego observó cómo un patrullero trasladaba al conductor malherido: “Parece que le dieron en la cabeza”, dijo.
No era la primera vez. La misma testigo recordó que semanas atrás otro bus —esta vez de la Línea 38— también había sido blanco de un ataque armado. La comunidad exige cámaras de videovigilancia, mientras recalca que en la zona “no hay presencia policial”.
El ataque fue fulminante. A pesar de sus heridas, Andrés Kaira logró avanzar cerca de 30 metros antes de perder el control dentro de la unidad. Los policías que llegaron al lugar lo trasladaron de inmediato al hospital Casimiro Ulloa, pero el conductor llegó sin signos vitales.
El personal médico confirmó que uno de los disparos le impactó directamente en el pecho, a la altura del corazón. Su cuerpo terminó en el mortuorio del hospital a la espera de ser derivado a la morgue. La muerte del chofer desató la indignación de los vecinos y de todo el gremio transportista.
Peritos de criminalística llegaron al lugar del atentado y hallaron al menos tres casquillos de bala. Sin embargo, las diligencias avanzan lento: la zona no cuenta con cámaras de seguridad y los investigadores deben reconstruir el ataque solo con testimonios.
Mientras tanto, el bus que cubría la ruta Pamplona Alta–San Genaro fue llevado a la base de la empresa para continuar con las pericias. Las autoridades revisan cámaras de calles cercanas y recogen declaraciones para identificar la ruta de escape de los atacantes.
La muerte de Kaira encendió una nueva alerta en el transporte público. Martín Ojeda, representante del gremio, criticó duramente al Gobierno y aseguró que el estado de emergencia “no sirve para nada en lo absoluto”.
El dirigente detalló que en las últimas semanas más de 25 unidades han sido quemadas y que, aun así, no existen garantías para los choferes. “¿Un paro más? ¿Qué nos ha servido? Pedimos estado de emergencia y no soluciona nada. Acá hay muchas cosas que están caminando pésimo, no se puede denunciar”, dijo, cuestionando la inoperancia del sistema judicial y del Ministerio Público.
Vecinos de San Genaro reforzaron estas quejas señalando que, además de la falta de cámaras, los agentes policiales tardaron en llegar pese a que el ataque ocurrió en plena tarde. Muchos temen que la impunidad siga alimentando el accionar de extorsionadores en la zona.
Hasta el cierre de la información, no se descarta que la Línea 20 haya estado recibiendo amenazas vinculadas a cobros extorsivos. El caso sigue en investigación y la Policía Nacional continúa con las diligencias para dar con los responsables.
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