La escena se desarrolló en los pocos metros cuadrados de un baño de centro comercial, donde el silencio suele cubrir a los apurados visitantes. Pero esta vez no hubo tranquilidad. Hubo uniformes, órdenes secas y un fajo de dólares extendido sobre un lavadero. Así terminó intervenido el fiscal adjunto provincial Henry Amenábar Almonte, sorprendido en flagrancia cuando, según las autoridades, recibía un soborno de 3 mil dólares para archivar una investigación por estafa.
El operativo, ejecutado por la Dirección contra la Corrupción (Dircocor) y representantes de la Fiscalía Anticorrupción, había sido preparado con anticipación. El dinero estaba fotocopiado. Las llamadas estaban registradas. La cita, pactada. Cuando el fiscal llegó, con saco azul, camisa y pantalón beige, no imaginó que cada paso ya había sido monitoreado.
Diversos medios informaron que Amenábar habría pedido inicialmente 20 mil dólares al denunciante. Solo recibió una parte. Y en ese instante, al tener los billetes en su bolsillo interior, fue rodeado por agentes que le pidieron vaciarlo todo. El video captado por los policías registra cómo los dólares son colocados en el lavadero y verificados uno a uno.
El denunciante había acudido a la Policía tras meses de amedrentamiento, según la versión oficial. Llamadas, mensajes, citaciones a cafés y una amenaza que se repetía: sin el pago, el proceso continuaría. Así se montó el operativo que terminaría con el fiscal detenido y trasladado a la sede policial en Barranco.
Durante el procedimiento, un agente le recordó: “Está hablándole la Policía”. La grabación muestra cómo Amenábar intenta explicar algo, pero las imágenes se centran en el dinero extendido, mientras un agente exige “el cotejo, una foto”. Era la evidencia clave: los mismos billetes marcados previamente.
El general PNP Luis Alberto Lira señaló que el denunciante había sido investigado por una presunta estafa relacionada con la compra de una joya de 50 mil dólares. Según la denuncia, el fiscal había reactivado el caso para presionarlo. El ciudadano, finalmente, reunió audios, mensajes de WhatsApp y las imágenes de los billetes antes de acudir a las autoridades.
El jefe de la Dircocor agregó que este año ya han detenido cerca de mil funcionarios por corrupción, entre ellos siete fiscales. En este caso, afirmó, Amenábar aceptó los hechos al quedar detenido. “Es evidente, se le ha encontrado el dinero dentro de sus prendas. Él mismo lo ha puesto en el lavadero”, declaró.
La intervención no solo lo sorprendió, sino que lo dejó registrado en un video donde todo quedó documentado: el hallazgo del dinero, la verificación del registro previo y su traslado inmediato a la sede policial para continuar diligencias.
La Junta Nacional de Justicia no tardó en pronunciarse. Abrió una investigación preliminar de oficio y expresó su rechazo a todo acto de corrupción que empañe la labor del Ministerio Público. En su comunicado lamentó profundamente el hecho y reafirmó su compromiso con la transparencia y la idoneidad de los magistrados.
Amenábar, de 53 años, pertenece a la Segunda Fiscalía Penal de Miraflores, Surquillo y San Borja. Antes integró el equipo especial Lava Jato y estuvo presente en diligencias de alto impacto, como la intervención en la casa del expresidente Alan García en 2019. Su traslado a la Dircocor ocurre ahora en circunstancias diametralmente opuestas.
El general Lira precisó que la entrega de los 3 mil dólares fue parte de un acuerdo con la víctima, quien decidió denunciar el presunto soborno antes de que se concretara el pago total exigido. El operativo se montó en coordinación con la Fiscalía Anticorrupción y otros representantes del Ministerio Público.
Las pruebas reunidas incluyen audios, mensajes, registros fotográficos y la verificación del dinero. Todo ese material refuerza la acusación y ya está en manos de las autoridades encargadas del proceso.
Amenábar permanece detenido en la dependencia policial mientras se define su situación. Las diligencias seguirán conforme al protocolo para casos que involucran a miembros del Ministerio Público. No ha ofrecido declaraciones públicas.
En paralelo, pesan sobre él investigaciones administrativas y disciplinarias que podrían escalar según avance el proceso. La JNJ reiteró que garantizará el debido proceso, pero también que rechazará todo acto de corrupción en el sistema de justicia.
El caso sigue en desarrollo y, por ahora, la imagen que queda es la del fiscal rodeado de agentes, obligado a vaciar sus bolsillos dentro de un baño y exhibir los billetes que terminaron incriminándolo. Una escena que, según las autoridades, podría marcar el inicio de un proceso judicial de gran alcance.
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