UN TROME DE LA CONSTRUCCIÓN. Edson (34) no heredó solo un negocio, sino un oficio. Desde niño, su rutina transcurrió entre sacos de cemento, fierros apilados y conversaciones con albañiles. El aprendizaje no vino de manuales, sino de observar y acompañar a su padre, don Eduardo, cuando la ferretería funcionaba en un pequeño espacio de la casa y cada venta se construía con esfuerzo y constancia en Lima Este.
La historia se remonta a más de 30 años atrás. Antes de dedicarse a la venta de materiales de construcción, don Eduardo fue agricultor en chacras de lúcuma en Huarochirí y luego ladrillero artesanal. Fabricaba adobe, cuando ese material dominaba el mercado.
Con el tiempo, la demanda cambió y el adobe quedó relegado. Lejos de quedarse atrás, decidió reinventarse y apostar por un nuevo rubro: la venta de cemento, ladrillos, fierros, arena y ferretería en general, empezando prácticamente desde cero.
El crecimiento fue sostenido y, hace una década, la ferretería dio un salto clave al mudarse a un local propio, más amplio, lo que permitió aumentar el stock y diversificar la oferta. De comprar pocas bolsas de cemento a la semana, pasaron a recibir tráileres de manera regular.
Hoy, Edson cumple un rol activo en la atención al cliente, la logística y la coordinación de pedidos, además de impulsar mejoras en tecnología y servicio, siempre con el respaldo de sus hermanos, quienes también forman parte del negocio.
Ese trabajo constante se refleja en la fidelidad de los clientes. Muchos compran en la ferretería desde sus inicios, hace más de tres décadas, y siguen regresando por la confianza construida con el tiempo.
La atención personalizada, el asesoramiento honesto y la rapidez en el reparto a domicilio se han convertido en el principal sello del negocio.
A este esfuerzo se suma el respaldo de Progresol, clave para potenciar la ferretería y ampliar su alcance.
Gracias a este apoyo, el negocio ha fortalecido su relación con maestros de obra, ha logrado atraer nuevos clientes, incrementar su visibilidad y consolidarse como un referente en su distrito.
Atender bien al maestro de obra no solo mejora la relación comercial, también fortalece la confianza y la fidelidad. Estos cinco tips ayudan a ofrecer un servicio más eficiente y cercano en ferreterías.
1. HABLA CLARO Y SIN RODEOS. El maestro de obra valora la información directa. Dile precios, calidades y diferencias entre marcas sin tecnicismos innecesarios ni vueltas.
2. CONOCE BIEN TU PRODUCTO. Saber qué cemento rinde más, qué fierro conviene o qué material reemplaza a otro genera confianza y hace que vuelvan.
3. ATIENDE RÁPIDO Y CUMPLE HORARIOS. En la obra el tiempo es dinero. Una atención ágil y entregas puntuales marcan la diferencia frente a la competencia.
4. FACILITA PAGOS Y PEDIDOS. Ofrecer pago con tarjeta, transferencias o pedidos por WhatsApp le ahorra tiempo al cliente y mejora la experiencia.
5. RECONOCE SU FIDELIDAD. Promociones, ofertas tentadoras, regalos y premios motivan al maestro de obra y fortalecen una relación a largo plazo.
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