El ingenio peruano para salir adelante a base de esfuerzo no tiene límites. Un mototaxista, en el Rímac, decidió convertir su unidad en una cebichería rodante, a la que llama ‘El Tiburón’. Juan Carlos Tumba cambió de rubro al darse cuenta de que ‘tenía mano’ para preparar nuestro plato de bandera.
“Un día estaba con unos amigos y decidí hacer un cebiche en la calle. Cuando ellos lo probaron, me dijeron que estaba perdiendo plata, ya que cocinaba mejor de lo que manejaba”, contó. Él todos los días ubica su ‘puesto de comida’ en el paradero de mototaxis del jirón Las Calezas.
Juan Carlos agregó: “A mi mototaxi le saqué los asientos y le puse una placa de acero, con repisas, donde guardo los ingredientes como la sal, pimienta y rocotito”.
FRESQUITO
Para mantener el pescado bien fresquito, adaptó una especie de cámara fría, donde coloca abundante hielo. “La gente pide calidad y hay que dársela”, manifestó.
Juan Carlos afirmó que ya tiene su clientela y que ahora gana tres veces más de lo que hacía como mototaxista.