La geriatría es la especialidad médica que se encarga del estudio de la salud del adulto mayor. Y hoy miércoles 20 de noviembre se celebra el Día del geriatra peruano.
Conversamos con el médico geriatra Carlos Sandoval, autor de famosos libros como ‘El ABC del Azlheimer’, ‘Chau mamá, chau papá' y ‘La enfermedad del olvido’, catedrático y columnista de Trome, sobre la geriatría y el cuidado de los adultos mayores:
Doctor, hoy miércoles 20 de noviembre es el Día del geriatra peruano, ¿qué ve esta área de la medicina?
La geriatría es la especialidad médica que se encarga del estudio de la salud del adulto mayor. Vemos prevención, tratamiento, rehabilitación e incluso los cuidados paliativos al final de la vida. No nos limitamos al aspecto físico, sino también el mental, social y espiritual.
¿Cuántos años lleva siendo geriatra?
Casi treinta años. Tengo el privilegio de pertenecer a una de las primeras generaciones de geriatras del Perú. El mundo está envejeciendo y lamentablemente no hay muchos geriatras en el país.
¿Cómo así?
Cada vez hay menos nacimientos y la gente está viviendo más años. Además, muchos ya no quieren ser padres. Ahora muere una persona de 60 años y dicen ‘murió joven’.
¿Cómo nace su vocación?
Creo que fue por el gran amor que tuve por mi abuelita, porque mi hermana y yo nos quedamos a cargo de ella y cuando empezó a envejecer, nosotros la cuidamos. Cuando ella falleció, yo ya era geriatra.
Imagino que para atender adultos mayores hay que tener más paciencia de la normal…
Sí y no. Nosotros pasamos ronda y los atendemos, pero las verdaderas santas son las enfermeras. El geriatra debe ser empático, humano y buen conversador porque los adultos mayores son bien habladores, recuerdan su infancia y quieren contar todo.
Y tener vocación de servicio…
Sí, eso definitivamente. La medicina es una auténtica vocación de servicio. El que quiere ser médico por la plata, se equivocó de carrera. Si yo hubiera querido ganar dinero, hubiera sido comerciante, economista, ingeniero de minas, etc.
Dicen que el geriatra se vuelve un miembro más de la familia…
Una vez que el geriatra entra al hogar de la familia, es para siempre. Yo he tenido la oportunidad de ver tres generaciones completas, abuela, mamá e hijo. Y no vas a creer esto, pero un día me invitaron a un ‘Cienciañero’, así como un ‘Quinceañero’ pero para mi paciente que cumplió cien años.
En estos años de carrera, ¿qué casos han sido los más impactantes?
Tengo buenos y malos. Una vez tuve la desgracia de ver a un paciente que llegó con escaras, desnutrido y con gusanos que salían por las heridas. Ese día todos nos metimos a bañar al paciente. Lo dejamos limpio. El señor murió, pero como una persona decente, bien aseada. Y un caso bueno, que en realidad es un referente para mí, es el doctor Jerí. A sus cien años siguen dando clases en la universidad.
¿Qué enfermedades aquejan más a los adultos mayores?
Las cardiovasculares, porque casi todos son hipertensos, la artrosis y el Alzheimer. A esa edad los pacientes quieren tener más energía y eso solo se consigue haciendo ejercicios y ganando masa muscular.
Y además ha escrito libros…
Así es. Una de mis aficiones es la lectura. Y después de leer mucho se me dio por escribir, pero sobre todo transmitir mis conocimientos. Mi primer libro fue ‘Ahora me toca a mí’, que escribí junto al gran doctor Maestre. Después publiqué ‘El ABC del Alzheimer’, ‘La enfermedad del olvido’, ‘Chau mamá, chau papá’ y ahora último edité ‘Manual de cuidados paliativos en Geriatría’.
Antes hablar de la muerte era un tema tabú…
Sí, es verdad. Felizmente ahora ya no tanto. Ahora procuramos que el enfermo terminal tenga calidad de vida.
Según su experiencia, ¿los adultos mayores tienen miedo a la muerte?
Yo estoy seguro que no le tienen miedo. Para ellos la muerte no es ajena porque sus contemporáneos empiezan a partir. Creo que le tienen miedo al sufrimiento, dejar temas inconclusos, no reconciliarse con familiares o no llegar a despedirse de ellos.
Muchos no le dan importancia a la salud mental de los abuelitos…
Sí y es lamentable. Creen que aislarse o deprimirse es normal en ellos y no es así. Los adultos mayores necesitan igual de atención, cuidados y amor que los niños pequeños. No tratarlos como niños, pero estar pendientes de ellos. A cierta edad ya no les interesan los regalos, sino el calor y el tiempo de la familia.
¿Cuál es el consejo que más repite a sus pacientes?
Manténganse activos física, mental, espiritual y socialmente. Siempre les digo que vean películas, lean libros, visiten a sus amigos, bailen, canten, y saquen todo el rencor y odios que llevan encima. Y, por supuesto, cumplan con sus chequeos médicos.
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