La manera de combatir a la delincuencia en Filipinas es la "mano dura" del presidente Rodrigo Duterte. Esta semana vuelve a levantar polémica por afirmar que lanzaría desde un helicóptero a funcionarios que cometan delitos de corrupción.
Rodrigo Duterte visitó la región de Camerines Sur, una de las más afectadas por el tifón Nock-Ten, que dejó más de 500 mil damnificados. Durante esa visita Duterte amenazó a sus funcionarios y dijo que incurrían en peculado, él mismo los tiraría desde un helicóptero.
“Lo voy a llevar en el helicóptero y de camino a Manila, lo echare afuera. Yo lo he hecho antes, ¿por qué no lo haría otra vez? A una altitud baja, no muy alta, porque mientras caes podrías desarrollar alas, a la altitud justa para que el impacto de tu accidente no se escuche", amenazó Rodrigo Duterte.
Tras la polémica, Rodrigo Duterte tuvo que aclarar que el comentario fue una broma y que no se traslada en helicóptero. Además, llamó la atención a la prensa por tomar literal cada una de sus palabras.
"Estoy jugando con ustedes. De verdad eso me gusta. Su equipo sabe que me gusta bromear. Como cuando digo que rezo y que Dios me dijo que hiciera algo. Eso ustedes lo toman y escriben, lo critican y hacen una historia de ello", expresó Rodrigo Duterte.
Rodrigo Duterte es acusado por la organización Amnistía Internacional por las muertes que ha causado su política de mano dura. En un comunicado publicado a mediados de diciembre piden que detenga las ejecuciones extrajudiciales.
“Si Rodrigo Duterte desea realmente introducir el cambio en Filipinas, debe abordar la terrible situación de los derechos humanos en el país y poner fin a las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones ilegítimas y las detenciones secretas, así como a la tortura y otros malos tratos”, afirmó Rafendi Djamin, director para el Sureste Asiático y el Pacífico de Amnistía Internacional.