SU VIDA CORRÍA PELIGRO. El asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio ha conmocionado al mundo por la manera en la que fue ejecutado, pero su trabajo como periodista de investigación y activista ya lo había puesto en riesgo en anteriores oportunidades, como cuando llegó al Perú, en el año 2017, en busca de un desesperado asilo político al entonces gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (PPK).
En aquel entonces, Villavicencio había escrito un libro llamado ‘El feriado petrolero’, en el que denunciaba un negocio ilegal millonario de ‘oro negro’ que involucraba al ahora sentenciado expresidente de Ecuador Rafael Correa.
Aquella publicación, que escribió desde la clandestinidad, lo llevó a mirar hacia el Perú en busca de refugio, luego de que pesara en su contra una prisión preventiva y una posterior condena por difamación.
De acuerdo al portal ecuatoriano Plan V, Fernando Villavicencio pidió formalmente asilo político ante la Cancillería peruana el 18 de abril de 2017. Ese día estuvo acompañado del abogado peruano Roberto Pereira, recordado por ejercer la defensa legal de Martín Vizcarra cuando afrontó una vacancia presidencial.
Por ese tiempo, Villavicencio temía ir preso y que algo malo le pasara a su familia, luego de seis años de ‘persecusiones judiciales’ por denunciar el “atraco más grande” a los fondos públicos en el sector petrolero en la historia de Ecuador.
El fallecido candidato firmó su petición de asilo, en las instalaciones en histórica sede de la Cancillería del Perú, que está ubicada en el Jirón Lampa, con la responsabilidad acuesta de ser la voz que reveló las irregularidades de la Refinería Esmeraldas, lo que costó la salida de Ecuador de un entonces ministro y que varios ejecutivos estatales vayan presos.
El 4 de abril, un día después de la segunda vuelta electoral de aquel entonces en Ecuador, Villavicencio y su esposa, Verónica Sarauz, llegaron a la zona limítrofe con el Perú a bordo de un vehículo. Acto seguido cruzaron la frontera en Aguas Verdes y llegaron a Talara, en la región peruana de Piura.
Así lo recordó Roberto Pereyra, asesor jurídico del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) del Perú, quien pudo orientar al ahora difunto luego de fugar del país vecino tras revelar supuestos actos de corrupción estatales.
“Él, ante una inminente orden de captura y prisión, ingresó al Perú en abril de 2017 y pidió apoyo al IPYS, que en ese momento tenía un programa de protección de periodistas en riesgo en América Latina”, rememoró Roberto.
Luego, el asesor jurídico de IPYS confesó que a Villavicencio sí se “le brindó asilo y domicilio, como alimentación, además de asesoría para solicitar asilo político ante la Cancillería, algo que finalmente ocurrió”.
En el Perú, el ahora excandidato presidencial ecuatoriano permaneció hasta setiembre de dicho año, cuando decidió retornar a su patria y seguir el juicio por espionaje del cual fue declarado como inocente en 2018.
Debido a este lamentable suceso, la PNP ha reforzado la frontera con Ecuador con 200 policías.
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