Por: Eduardo Abusada Franco
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@eabusad
El viernes pasado este huariquero se tomó un descanso por 28 de julio. No escribí reseña para ese viernes, como venimos haciendo desde hace varios meses; pero ello no quiere decir que dejé de visitar huariques. Así que aún cargado con el aire patriótico, regresamos con un plato con harta peruanidad: la chanfainita.
Personalmente, esta preparación, de origen sencillo y humilde, una suerte de guiso con papita en cuadraditos y bofe (pulmón de la res), la considero el plato insignia del Perú real; ese país al que también llaman el Perú “no oficial”, un plato hecho literalmente a pulmón, pero que está en el corazón del pueblo.
Lo he comido en varios lados. Lo consumía seguido en el huarique del Chino Ricardo, del cual ya hemos reseñado en este espacio sus combinados criollos, cuando estuve trabajando en el Centro. Hace unos meses fui al mercado que está en la Av. Jorge Chávez, en Surco, para reseñar el tentador chaufa amazónico de Viky (del cual también ya escribí); y al acabar me di una vuelta por el mercado y hacia el otro lado vi que un montón de gente se amontaba al lado del estacionamiento. Era el local de Pale.
Actualmente ya no es un huarique como tal, pues ha crecido tanto que ya se va por los siete locales, pero sigue manteniendo la esencia de los sabores de barrio, tal como empezó en un puesto de ese mismo mercado en 1968. “Aún sigo con la receta actual de mi madre Antonia, a quien llamaban la Tuna”, nos cuenta Pale, que es así como conocen todos en el barrio a Gregorio Luis Gomero Rodríguez.
Y cuando digo todos, es todos; pues mientras conversábamos, a cada ratito interrumpía la charla por alguien que lo venía a saludar. Es más, hasta una señora que estaba en un proceso de quimioterapia se quedó un buen rato conversando con él, quien le daba consejos sobre qué comer para combatir su terrible mal. El asunto es que tras anotar mentalmente este local, regresé la semana pasada y probé su famosa chanfainita.
La hay en diversas combinaciones (con cebiche, mote y papa a la huancaína). Yo la pedí con mote. Simplemente perfecta. Jugosa y con mucha sazón. Es muy suave, y pródiga en condimentos. En las mesas hay unos bols con ají como el que te dan en las anticuchos de carretilla (con cebollita china picada), que te puedes servir a discreción. Es muy rico, pero pica fuerte. Sazona aún más la chanfainita, pero ten preparado tu vaso de chicha, porque te pone como dragón.
Mención de honor merece también la causa con crema a la huancaína, pues no solo de chanfainita vive el pueblo. Como decía, ese sabor lo aprendió Pale de su madre. “Todo empezó por hambre. Tuve que venir a trabajar con mi mamá acá desde los 8 años, pues necesitábamos comer”, nos cuenta Pale, saboreando ahora el éxito del imperio de la chanfainita que formó paso a paso.
Ya tiene varios locales, y este hombre, dicharachero y canchero, no ha perdido la sencillez del peruano que ama a su tierra y a los suyos. Nunca hay que olvidarnos de dónde venimos, ni cómo empezamos. Si el éxito se te sube a la cabeza y empiezas a discriminar a tu gente, disculpen la expresión: solo acabarás siendo un pobre diablo; uno con plata, pero pobre diablo al final del día. Provecho.
DATOS ÚTILES
- Huarique: ‘Chanfainita Pale’.
- Plato recomendado: Chanfainita con mote
- Precio: S/ 8 (la que viene con mote); S/ 10 (combinado de chanfainita con papa a la huancaína); y S/ 13 (chanfainita con cebiche).
- Dirección: Av. Roosevelt, cuadra 8, al lado de la plata estacionamiento del Mercado N°2 de Surco (el que tiene su puerta principal por la Av. Jorge Chávez).
- Horario: Todos los días de 8 am a 4:30 pm.