Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación*
En los ambientes internos del partido Perú Libre (PL) se rumorea en voz baja que, de ganar el candidato Pedro Castillo, el verdadero presidente será Vladimir Roy Cerrón Rojas, el exgobernador de Junín, sentenciado por corrupción. “El compañero Cerrón es y será el real poder detrás del profesor Castillo”, dice un dirigente del entorno de ambos.
Cerrón, en efecto, es el dueño y mandamás de ese movimiento político. Él fue quien buscó y cobijó al ‘Lapicito’ Castillo cuando en la izquierda lo ninguneaban y otros ni lo conocían.
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Mucha gente debidamente informada, que enloquecía y pedía votar por Verónika Mendoza y que ahora se pasó al bando de Castillo, sabe muy bien que Castillo es el alfil de Cerrón. El otrora gobernador lo convenció para lanzarse a la Presidencia y le escribió el incendiario y estatista plan de gobierno, que el candidato acepta y defiende como si fuera suyo.
Dicho documento hasta lleva la rúbrica de Cerrón.
El poder de Cerrón salta a la vista. La semana pasada, mientras Castillo encandilaba a la prensa en su chacra de Cajamarca arando su tierra, dando de pastar a su ganado y ordeñando sus vaquitas, Cerrón se metió de lleno en la campaña de la segunda vuelta. Empezó a ‘tuitear’ con frenesí mensajes a favor de su partido.
Hasta antes de las elecciones, Vladimir Cerrón andaba desaparecido, parecía que se lo había tragado la tierra.
Cerrón no es cualquier dirigente de izquierda. Es neurocirujano de profesión y estudió Medicina en Cuba. Él solito construyó su partido y fue gobernador de Junín dos veces.
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Juega en ligas internacionales y de alto nivel político. Es amigo personal de exmandatarios de izquierda como el fallecido Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa. Los tres, mientras fueron gobernantes, sumieron a sus países en severas crisis económicas y sociales, que hasta hoy arrastran.
Cerrón, quien es secretario general de su partido, ha tomado la batuta de la campaña. No se hace ningún problema en anunciar las medidas radicales que él mismo tomará si su candidato gana la segunda vuelta.
En una entrevista concedida el viernes al diario ‘Expreso’ –que los ingenuos seguidores de Castillo deberían leer-, anunció que liberará de forma inmediata a Antauro Humala, actualmente preso por el asesinato de policías.
Dijo que buscará acercamientos políticos con el dirigente Wálter Aduviri y Gregorio Santos, quienes también fueron sentenciados por corrupción y violencia pública.
Cerrón –al igual que Castillo- tiene una posición antiminera. Dice que revisará los contratos mineros y que los proyectos Conga y Tía María son inviables, pese a que el país necesita recursos para salir de la crisis provocada por la maldita pandemia.
Para él tampoco existirá la libertad de prensa, todo lo controlará el Estado.
La otra candidata, Keiko Fujimori, es tan peligrosa como la dupla Cerrón-Castillo. De todas maneras, hay que escucharlos y decidir bien. Quedan ocho largas semanas.
Nos vemos el otro martes.
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