En el distrito de Comas, hay una bodega que no solo vende productos, sino también ofrece un buen trato y demuestra empatía con sus clientes. Se trata de Nueva Esperanza, el negocio de Inés Oncoy Abán, una profesora de secundaria, que decidió hacer realidad el sueño de su madre: tener su propia tienda.
“Mi mamá siempre quiso tener un negocio, pero por falta de dinero nunca pudimos lograrlo. Hasta que, en 2020 y con nuestros ahorros, abrimos la tienda en un espacio de la casa. En las mañanas, ella atiende la bodega mientras yo dicto clases en el colegio; y a mi regreso, tomo la posta hasta la medianoche”, comenta la maestra.
La tienda empezó con apenas seis unidades de cada tipo de abarrotes y golosinas, pero hoy cuenta con un stock bastante variado. Además, dado que hay población escolar en los alrededores, implementó una zona de bazar y accesorios, donde vende útiles y regalitos.
“Me hubiera gustado jugármela y arriesgar desde el inicio, pero tenía miedo de que no fuera rentable. Por eso, empezamos con pocas cosas y luego fuimos creciendo. Mi tienda es pequeña y humilde, pero tiene todo lo que el cliente necesita. Aquí nadie se queda con las ganas. Y si no hay, lo consigo como sea”, dice.
El negocio también se ha modernizado. Acepta pagos por Yape, Plin, tarjetas y transferencias. Además, constantemente, la dueña lanza promociones y sorteos. Por el Día del Padre, por ejemplo, están rifando un six pack de cerveza y vendiendo combos con adornos personalizados.
Inés no se queda atrás en las redes sociales. Ella usa TikTok, Facebook y WhatsApp para mostrar sus ofertas y fidelizar a sus clientes. “Tengo un grupo de WhatsApp con mis clientes donde lanzo las promos y me hacen pedidos por delivery. Mis alumnos me han visto en TikTok y ahora son mis caseritos”, cuenta entre risas.
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