Mirko Baza Loza perdió la vida en la balacera que él mismo desencadenó en el Rímac. Tras el intercambio de balas, dos efectivos policiales murieron en su intento de enfrentarse a la delincuencia, aun no estando de servicio.
Luego de la muerte de los dos agentes del orden, Mirko Baza Loza logró escapar de las autoridades. Se escondió en una vivienda ubicada en un condominio del Rímac, presuntamente con la ayuda de una mujer identificada como Violeta Ciquero Gallardo.
Hasta allí lo siguió la policía. Mirko Baza Loza fue encontrado sentando en un sillón de la vivienda con algunas personas rodeándolo, las mismas que se esforzaban por curarle las seis heridas de bala que sufrió durante el enfrentamiento en el Rímac.
Finalmente, la policía lo detuvo y lo condujo hasta un hospital cercano. Antes de perder la vida, le encontraron un DNI con la identidad de un hombre de iniciales J.M.Ch.C. (32). En un primer momento, las autoridades pensaron que se trataba de él.
Sin embargo, cuando Mirko Baza Loza murió y procedieron con los exámenes de rutina, una prueba dactilar confirmó que no se trataba de J.M.Ch.C. El procedimiento arrojó su verdadera identidad, un prontuariado delincuente que inclusive pasó un tiempo en la cárcel.
Por su parte, los familiares de J.M.Ch.C. aseguraron que el documento de identidad del supuesto implicado le fue robado e indicaron que se encuentra con vida, a diferencia de Mirko Baza Loza. Asimismo, negaron su participación en la mortal balacera en el Rímac.