Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una chita al ajo con yucas fritas, arroz blanco graneadito, ensalada de lechuga y tomate y un refresco de cocona bien frío. “María, hasta ahora la presente campaña electoral se ha distinguido por las tachas, acusaciones, denuncias y escándalos. Tanto así que las candidaturas de Julio Guzmán y César Acuña han sido dejadas de lado por el Jurado Nacional de Elecciones.
Falta solo un mes para los comicios y mucha gente está más extraviada que nunca. El pueblo se siente cansado de las caras de siempre, a las que asocia con la corrupción, y busca alguien ‘nuevo’. Cualquiera que proyecte la imagen de ser alguien ‘limpio’. Quedan apenas cuatro semanas para el 10 de abril y la gente lo que quiere es escuchar propuestas concretas, para decidir a quién da su voto. El aspirante que logre sintonía con el pueblo, al abordar los temas importantes que le interesan a la gente y pueda convencerla con propuestas serias y realistas, tendrá muchas posibilidades de ganar.
Hay temas urgentes, que no pueden esperar. Entre ellos, la inseguridad ciudadana. Parece que ningún postulante al ‘sillón de Pizarro’ le da la importancia debida. Los padres ya estamos hartos de ver a nuestros hijos salir de casa para estudiar, sin saber si regresarán vivos, porque en la esquina del barrio o en el bus puede ser acuchillado por cualquier miserable que quiere sus zapatillas o celular. O ir al banco resulte tan peligroso que nos pueden matar a balazos. Otro tema también importante es la educación. La única forma de que el Perú salga del atraso es provocando una verdadera revolución educativa, que deje en el pasado nuestra triste realidad de ver cada año a cientos de miles de adolescentes terminar el colegio siendo verdaderos analfabetos.
Pero jamás daremos el gran salto cuando solo en Lima no hablemos de alejados pueblos de provincia hay colegios cuyos techos de estera se caen a pedazos, el piso sea un arenal, no tienen agua y los baños son verdaderas bombas infecciosas. Eso sin contar que miles de alumnos acuden a clases desnutridos. ¿Y el sistema de salud? Está colapsado y ningún candidato ha hecho público su plan para resolver este problema. Millones de peruanos pobres deben someterse al indigno trance de acudir a un hospital donde lo hacen esperar varias horas y al final lo más probable es que no tenga el dinero para comprar las medicinas que necesite. Las salas de emergencia, en muchos nosocomios, parecen la antesala del infierno, con enfermos que agonizan sin recibir ninguna ayuda. ¿Algún candidato tiene planes serios para solucionar estos gravísimos problemas que nos asfixian?”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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