Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines verdes con chuleta. Para tomar, pidió un juguito de maracuyá heladito. “María, me causó mucho orgullo y alegría lo que están haciendo los cadetes del BAP Unión, que con más de 200 cadetes de la Marina de Guerra del Perú, recorren el mundo llevando productos y cultura peruana, como nuestros bailes, música y comida.
El fin de semana estuvieron en el puerto de Niza, en Francia, donde los lugareños quedaron deslumbrados con la Inca Kola, el café de Chanchamayo, el cacao, mazamorra morada, lana de alpaca, pisco, el torito de Pucará y el baile de la anaconda, entre otros.
El periplo también tiene el objetivo de promocionar destinos turísticos, gastronomía y elementos de exportación con sello nacional. Esto demuestra que no todo son malas noticias en nuestro amado país. Hay peruanos que se esfuerzan por crear empresa y traer recursos a nuestro territorio. Que son artistas, cocineros, empresarios, creadores y visionarios. Muy diferente a los raqueteros, secuestradores y proxenetas que han llegado como hordas al Perú en los últimos años.
Ayer, la gente estuvo conmovida por el caso del monstruo Christian Ronaldo Trujillo Bardales (22), quien asesinó degollándolas a dos hermanitas de 18 y 16 años en el interior de un hostal de la ciudad de Huacho. Felizmente el criminal fue capturado y ahora dará con sus huesos a un penal.
En la misma jornada, una niña de apenas 10 años fue hallada ahorcada en su habitación y la Policía detuvo a su madrastra como sospechosa. Qué diferente con la historia de Laura Hilmer Gonzales Saavedra, la jubilada de 66 años, quien acaba de ingresar en el primer puesto a la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, en Loreto, para cumplir su sueño de estudiar Ingeniería Agrónoma.
Ella había sido toda su vida profesora de educación inicial, pero siempre quiso ser ingeniera y ahora lo cumplirá. Mientras miles de jóvenes delinquen o se drogan con el pretexto de que ‘no tienen oportunidades’, esta anciana les da un ejemplo contundente. O sea, con sacrificio, dedicación y disciplina se pueden llegar a concretar los objetivos.
El Perú es, pues, un país de contrastes. La historia de los marinos del BAP Unión y de la señora Laura es un buen ejemplo de que todavía hay esperanzas en el país. De que no todo se está yendo al despeñadero.
Aún hay peruanos que hacen patria y se esfuerzan por hacer del Perú un territorio donde la gente es feliz. Solo necesitamos unión, esfuerzo y mucha fe patriótica. Y tenemos que vencer a la delincuencia como vencimos al terrorismo hace más de veinte años. Es la tarea que tenemos todos los que amamos a este bello país”. Buena, Gary. Me voy, cuídense.
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