Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una jalea mixta con pescado, mariscos y salsa tártara. Para tomar pidió una jarrita de limonada frozen. “María, la derrota de la selección peruana ante la de Venezuela dolió mucho, pues ha significado prácticamente la eliminación de la Blanquirroja del Mundial 2026. Pienso en muchos niños y jóvenes que están tristes, porque soñaban con ver a Perú en el torneo que se realizará en Estados Unidos, Canadá y México.
A ellos hay que decirles que la vida es así: es una mezcla de victorias y derrotas en todos los campos de la vida. Lo importante es levantarse de las adversidades y reinventarse. Las derrotas nos hacen más fuertes y son una fuente de aprendizaje. Hay que tener resiliencia, que es la capacidad de adaptarse y superar situaciones difíciles, como traumas, pérdidas o amenazas.
Es una virtud que implica enfrentarse a los problemas, manejarlos de manera constructiva y salir fortalecido. No podemos vivir eternamente llorando o lamentando lo que no fue. Pienso en esos empresarios que quiebran, pero luego de algunos años de sacrificio son triunfadores.
Como los Añaños, quienes eran distribuidores de bebidas conocidas en los años 80, pero por culpa del terrorismo tuvieron que cerrar su planta en Ayacucho. Como sabían el negocio decidieron ellos mismos fabricar, envasar y distribuir sus propias gaseosas. Hoy su marca es importante a nivel global, con bebidas tan conocidas como Cielo, Pulp, Sporade, Free Tea, Cifrut, Volt, Big Cola y Oro. Atento a esto:
-Acepta que los fracasos son parte de la vida y le ocurren a todo el mundo. No seas duro contigo. Aprovecha las caídas para aprender.
-Busca los errores: ¿qué hicimos mal para llegar a una situación así? Sea cual sea el motivo, es necesario detectarlo para aprender del error.
-Ten mente positiva y optimista. Hay que mirar hacia el futuro con otros ojos. La actitud positiva puede determinar el triunfo.
-No te quejes, actúa. No asumas el rol de víctima. Ten un plan de acción para seguir con tu proyecto”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.
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