La Seño María

Pancholón a Netflix (II)

Pancholón continúa recordados sus triunfos y tropiezos en la vida, además, trae nuevos consejos para la muchachada.
Pancholón quiere llevar su historia a la famosa plataforma de streaming Netflix.

El ‘Chato’ Matta llegó al restaurante y se llevó un cebichito de mero con yuquita, choclo y ají limo bien picante. De segundo se pidió un seco con frejoles y cabrito tierno. “María, la semana pasada te estuve contando que el gran Pancholón estaba melancólico y se confesó conmigo.

‘Chatito -me dijo-, he vivido de todo en la vida, recuerdo que tuve mi época de oro en la radio. Ganaba miles de dólares y viajaba por toda Sudamérica. Siempre estaba rodeado de un montón de hinchas a los que paraba trago y comida en juergas que duraban varios días.

En ese tiempo me pegué con Marita, una flaquita del Callao que me calentó la cabeza. Pero, a la vez, desfilaban interminables mujeres por La Posada. Estaba loco de lujuria. Las quería poseer a todas. De un momento a otro lo perdí todo y casi me voy pa’ La Habana.

Ahí desaparecieron todos esos ‘camarones’ que me pasaban. Pasé épocas duras, la publicidad de la radio se fue al piso y los dólares ya no entraban a caja. Casi me embargan mi carro del año. Pero siempre fui recursero, hábil y me volví a levantar.

En la vida hay que estar preparado para todo, Chato. A comer caviar, lenguado, lomo fino y también tu pan con huevo frito. El hombre debe ser parador, así como en el amor. El tramposo gana y pierde en la calle. 

Muchachos, hay que tener cuidado para hacer sus cosas, no se regalen para que no los ampayen. En mi epoca no había GPS ni celulares con cámara que te tomaban foto entrando al ‘telo’. A mí me dan risa esos sonsos que ahora que abunda la tecnología se dejan ampayar.

He tenido mujeres como la ‘Bombón’, ricas y locas, que me quisieron incendiar mi carrito rojo, conocido como la sartén. Hubo otra que en la comida me metía pepas para que me quede dormido y no salga.

La más loca era la ‘Burrier’, que se paraba en la puerta de La Posada peor que la película ‘El exorcista’, para que no me vaya y yo tenía que llegar a mi casa.

Meterse con una enferma de los celos es vivir un infierno porque va a estar contigo echada en el cuarto, va a ver fantasmas y te puede clavar un cuchillo. La cosa es muy sencilla. En la vida tienes que ser full cerebro, pensante.

Veo que Toño Centella está sufriendo por el engaño, pero le aconsejo que no perdone. Conozco a un montón que llevan los cachos bien puestos.

En la calle hay que tener corazón de piedra, estos ojitos han visto de todo. Hombres que se han derrumbado por una mala mujer. Por eso a mis discípulos siempre les digo que con la mujer hay que tener un ojo abierto y otro cerrado.

Las cosas son simples en la vida: blanco o negro, es o no es, me amas o no, estás conmigo, me sigues o más pallares con tallarines. Es preferible estar solo que dormir con el enemigo.

No lo olvides, a la casa solo se lleva a una mujer decente, todo eso lo contaré en mi serie que irá por Netflix'”. Pucha, Pancholón se puso melancólico, pero no deja de ser un cochino y sinvergüenza. Me voy, cuídense

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