Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de chabelo con carne, chifle y sarsa criolla. Para la sed, una chicha morada. “María, en estos tiempos de ‘wasap’ y otras aplicaciones de mensajería, así como las redes sociales, las personas se comunican más, con mayor rapidez y facilidad. Se puede encontrar a gente a la que no se veía hace años y establecer rápido contacto. Se pueden hacer negocios, ofrecer y comprar productos, así como servicios. También permiten iniciar amistades y relaciones amorosas, incluso a miles de kilómetros, que muchas veces terminan en matrimonio.
Muchas peruanas y peruanos han viajado a otros países a establecerse con su media naranja gracias a la internet. Pero como todo lo bueno siempre tiene un lado malo, están los jugadores que son infieles desde la comodidad de su casa u oficina con su smartphone. Ahí está el caso del pelotero, habitual convocado a nuestra selección, que le mandaba mensajitos a una cantante invitándola a salir, pese a que él está casado.
La artista lo echó en cancha en Trome y se armó el escándalo, que llegó hasta los programas de televisión. María, soy reportero gráfico con amplio recorrido y he visto tantos casos que te puedo asegurar que no vale la pena ‘sacar los pies del plato’ cuando se está casado y se tiene un hogar constituido, especialmente si hay hijos. Porque si lo pones en la balanza, lo que se arriesga y se pierde es muchísimo, incomparable, frente a unos momentos de diversión y placer, pasajeros y vacíos.
No me quiero dar de moralista, ni mucho menos, pero si tienes una relación que vale la pena, en la que hay amor, lo más inteligente es cuidar y fortalecer ese vínculo.
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