El fotógrafo Gary llegó al restaurante por unos sabrosos tallarines con pollo, presa grande, su quesito rallado encima y una jarra de emoliente con poca azúcar. “María, son impresionantes las muestras de amor a la patria de los peruanos, hombres, mujeres, ancianos y hasta niños, por el partido ante Colombia que nos puede clasificar al Mundial Rusia 2018. Ni los cursos de educación cívica o instrucción premilitar, que se dictaban antes en los colegios, eran tan efectivos para incentivar ese sentimiento que nace desde lo más profundo del corazón.
Casi nadie quiere quedarse sin ponerse su camiseta ‘blanquirroja’ para alentar a la selección desde sus casas, parques y plazas, bares, restaurantes y otros lugares, hasta en los sitios más remotos del territorio nacional. Se han puesto banderas peruanas en las ventanas de las hogares, en las oficinas, en las tiendas. Ante tanto fervor patriótico y la importancia que le han dado los peruanos al fútbol, cabe la posibilidad de que el gobierno de PPK decrete feriado el miércoles si hoy clasificamos.
El amor a la patria es un sentimiento que nos une, nos hace fuertes y nos empuja a luchar juntos. Porque la patria es más que el país donde nacemos, donde crecemos, nos formamos y educamos. La patria también es nuestra gente, cultura, costumbres, tradiciones. Además, nuestros recursos naturales como el Manu o la Huacachina, vestigios arqueológicos como Machu Picchu, Kuélap o las Líneas de Nasca. Todo eso nos enorgullece y por eso inflamos el pecho. Y, claro, ahora está el fútbol peruano con una selección que nos ha ilusionado a todos, con su juego bonito de siempre, pero que esta vez tiene gol y nos regala triunfos que nos alegran la vida.
Qué emoción sentimos cuando escuchamos otra hermosa canción de Polo Campos que interpretaran el ‘Zambo’ Cavero y don Óscar Avilés. ‘Cosechando mis mares, sembrando mi tierra, quiero más a mi patria/ Mi nación que luchando rompió las cadenas de la esclavitud/ Es la tierra del Inca que el sol ilumina/ porque Dios lo manda/ y es que Dios a la gloria le cambió de nombre y le puso Perú. Y se llama Perúuuuuuu’...
Así es, además de identificación y reconocimiento, amor a la patria también es unión, compañerismo, confraternidad. Justo en estos momentos, cuando nos tratamos de recuperar de una crisis que frenó nuestro crecimiento económico, y estamos en un proceso de reconstrucción después de los flagelos del fenómeno del ‘Niño Costero’, este fervor patriótico y estas ansias de luchar unidos se presentan como un motor que nos da más fuerzas, como una palanca que nos impulsa hacia adelante. Ojalá, al margen de lo que pase hoy en el Estadio Nacional, este ímpetu, empuje y la sed de triunfos de los peruanos no se detengan. ¡Arriba Perú!”. Tiene razón, mi amigo Gary. Yo ya estoy con la rojiblanca en el pecho. Me voy, cuídense.
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