El Chato Matta llegó al restaurante por un espectacular cebichito de mero, un arroz con mariscos con quesito rallado y una limonada con hierba buena heladita para calmar la sed. “María, me timbró el gran Pancholón, amo y señor de la noche y la cochinadita, para relajarnos en su sauna privado donde lo atienden como rey y le cambian la hierba a cada rato con eucalipto, manzanilla, hierba luisa y cascaritas de naranja.
‘Chatito, ven al toque, pero cuídate de los envidiosos y puñaleros que abundan y se hacen pasar como tus amigos’, me advirtió. El gordito calato se puso al medio de la cámara de vapor y me contó que ahora baja todos los fines de semana a la ‘Barra del Pelao Kike’. En ese local siempre comparte con el ‘Cuto’ Guadalupe, el ‘Conejo’, abogados partidores del Callao, hinchas y sapos rabiosos.
Pero todos sus causas se dieron cuenta de un detalle. Tenía un tremendo arañón en la cara. En eso sonó una de las canciones de Michel Robles: ‘He renunciado a ti, he renunciado a tiiii/ porque es pura fantasía nuestro amor/ Pancholóooonnnn, ilusiones que se forjan con el tiempo/ porque es tanta la distancia entre los dos/ que es difícil que podamos entendernos/ Porque es pura fantasía nuestro amor/ ilusiones que se forjan con el tiempo...’. También sonaba ‘Lo pasado, pasado’: ‘Ya lo pasado pasado, no me interesa/ si antes sufrí y lloré/ todo quedó en el ayer/ ya olvidé (ya olvidé)/ ya olvidé Pancholón/ Tengo en la vida por quién vivir, amo y me ama Vanessa/ Ya nunca más estaré/ solo y triste otra vez...’.
Pancholón lucía bien ‘acharlado’ con su ropa Tommy, sus cadenas de oro y su ropa y zapatillas Gucci. A su lado estaba una espectacular ‘patrocinada’ a la que le habían robado sus tarjetas de crédito y necesitaba de sus servicios. Su clientita, en medio del baile, le susurra al oído: ‘Panchito, dime la verdad, ¿estás soltero o la esposa está en casita?’
El gordito le dice la verdad, que ya está divorciado y como estaba emocionado con el mujerón y los tragos le habían subido a la cabeza, le dice ‘esta noche soy todo tuyo’. Ya estaba ganado, ¡bingo!, listo para arrancar a La Posada de los infieles y de repente aparece como una loca su ‘chamita’, la abogada tóxica, quien le dice: ‘Oye, viejo zorro, maldito, me dijiste que tenías una diligencia, que estabas con un detenido en Ica’.
Se le fue encima a arañarle la cara. La clienta arrancó en una. Para calmar a la ‘chamita’ tuvo que intervenir su hermano Kike Paravicino, que estaba bien escueleado y para apaciguar las aguas le dijo que Pancholón había venido solo y ella es una amiga del grupo.
Al final la abogada se tranquilizó, tomaron sus cervezas y acabaron en el hostal de los infieles hasta el día siguiente. Los gritos se escucharon a varias cuadras a la redonda”. Pucha, ese señor Pancholón es un cochino y sinvergüenza, y encima lo cuenta. Va a terminar viejo y solo. Me voy, soy fuga.
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