La Seño María

Pancholón y el Chato Matta hablan de la vida en el sauna (II)

Pancholón y el Chato Matta siguen en sus conversaciones en medio del aroma a eucalipto.

El Chato Matta llegó al restaurante por un sabroso lechoncito asado bañado en cerveza, papitas doradas y ensalada de pepino, lechuga y tomate. Para bajar la grasita, pidió una jarrita de emoliente al tiempo. “María, vengo fresquecito. La semana pasada te estuve contando del diálogo que escuché entre ‘’ y el doctor Chotillo en el sauna. Ahí, a más de 50 grados en el jacuzzi, maestro y discípulo se enfrascaron en un ardoroso debate a pocos días de la Navidad. ‘Ya van a llegar las fiestas/ las fiestas de Navidad/ uy el jibarito cantando/ a todos nos va a alegrar... Felicitarles ahora queremos/con tono de devoción/ le deseamos felices años, la orquesta de Willie Colón/ Se acerca la Navidad y a todos nos va a alegrar/ el jibarito cantando aires de felicidad...

PANCHOLÓN: Chotillo, no seas malo, tienes que volver a nacer para ponerte a mi nivel. Soy caminante de toda la vida, noches enteras de dame que te doy. La calle es mi amante, la noche mi cómplice. A ti te veo confundido, loquito. Tienes el estilo de los perdedores, si te gusta una mujer, no puedes ofrecerle plata, joyas y comprarle ropa. Ya te dije, los paganinis y patanes no corren...

CHOTILLO: Pancho, hablas mucho y a ti también te partieron. Además, ya no tienes convocatoria, solo la psicóloga te contesta el celular. Ya estás de bajada. Yo siempre voy a ganador, a la buena o a la mala. Soy un prestigioso cirujano. Si me gusta una chica, invierto, porque las monedas me dan color, me dibujo y me pongo bonito. A ti te veo mal, has bajado tu nivel, solo chapas chancays de taco 5 para abajo.

PANCHOLÓN: Me das pena. Por sonsos como tú, las chicas ahora quieren poner tarifas por darte un besito en la mejilla. Yo nunca he sido romántico, ni me arrodillo con una rosa, ni alquilo avionetas para mandar mensajitos. A mí me quieren sudadito después de jugar mi partidito, tosco, con 20 kilos de sobrepeso. A ti las mujeres te ven como ‘monto’, a mí me disfrutan unas horas, se vacilan y se van a casita fresh, relajaditas...

CHOTILLO: Gordito, ya no eres el de antes. La psicóloga tiene una pelea de gatos en la cabeza y necesita un psiquiatra. Los años no pasan en vano, acéptalo, la próstata y los triglicéridos te tienen en la lona. Estás en bajada...

PANCHOLÓN: La firme que veo que toda la vida me has envidiado. Y eso que te divorcié de tu esposa, que era tu peor pesadilla. Ahora que estás soltero, no te regales mucho ni seas sano. Cuida a tu escultural Mery, que por andar por aquí y por allá, te van a atrasar...

CHOTILLO: Te alucinas muy ganador y nunca te conocí flacas sanas. Los ‘duros’ ya fueron, estamos en otros tiempos.

PANCHOLÓN: A ti te alucino como el ‘Diablito’, se computa ‘papirriqui’ y mira cómo le dejaron su carro. Vas a terminar mal...”. La conversación se puso caliente. Me voy, cuídense.

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